¿Qué está pasando con la seguridad alimentaria de los colombianos?
Panelistas analizaron el panorama de hambre y seguridad alimentaria en el país. También hicieron un balance sobre los programas contra el hambre que propone el gobierno.
En Hora20 el análisis al panorama de seguridad alimentaria, la capacidad que tenemos como sociedad para garantizar alimentación a la población en medio de los retos que tiene el agro, la capacidad de la producción de la tierra, pero al tiempo los desafíos que trae el cambio climático, la inflación y los cambios geopolíticos. También se habló de las iniciativas que tiene el actual gobierno para luchar contra el hambre.
Esta noche cerca de 51 mil colombianos se acostarán a dormir sin probar ningún alimento, este dato de la Asociación de Bancos de Alimentos reflejaría el preocupante panorama de hambre y seguridad alimentaria en el país. El Banco asegura que en el país 12 millones de personas comen solo dos veces al día y 22 millones están teniendo dificultades para acceder a alimentos. De hecho, el Programa Mundial de Alimentos en su informe entregado a inicios del 2023, evidenció que 15,5 millones de colombianos están en situación de inseguridad alimentaria moderada o severa.
La FAO ha establecido que la seguridad alimentaria se garantiza cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico, social y económico a los alimentos nutritivos que logran satisfacer las necesidades energéticas diarias. Un panorama que comprende desde la disponibilidad de los alimentos, la oferta agrícola que se tiene y la posibilidad que tengan los ciudadanos para acceder a estos alimentos, de hecho, tanto el gobierno como agentes internacionales han dicho que el problema en el país es más de acceso y de contar con los recursos, que de disponibilidad de alimentos. Pues este panorama de inseguridad alimentaria está cruzado por fenómenos que van desde la pandemia que generó dificultades en la conectividad global; la crisis de suministros y fertilizantes tras la guerra Rusia-Ucrania; el panorama de inflación creciente; los fenómenos climáticos del Niño y la Niña, así como el cambio climático.
Según la Unidad de Planificación Rural, Colombia tiene cerca de 34 millones de hectáreas cultivables, pero realmente solo hay 5,3 millones cultivadas, con lo cual, solo el 13% de la frontera agrícola está siendo utilizada, en un país donde se importan aproximadamente 15 millones de toneladas de alimentos. Ante este panorama, el gobierno Petro ha lanzado del Plan de Choque Contra el Hambre, una iniciativa que busca impulsar el agro, el acceso a la tierra a través de la Reforma Rural Integral; las transferencias monetarias con el programa “Hambre Cero” y la búsqueda de acuerdos en cooperación con la FAO para luchar contra la inseguridad alimentaria.
Lo que dicen los panelistas
Adriana Torres, coordinadora de la Línea de justicia económica en Dejusticia, abogada con maestría en derechos humanos y experta en derecho humano a la alimentación adecuada, agua potable y salud, señaló que es importante contar con acceso a la información que se da a través de encuestas, sin embargo, señaló que el país no tiene datos actualizados en esta materia desde 2015. Por otro lado, señaló que en el contexto colombiano en el que se han firmado varios TLC, es importante revisar cómo estos tratados han funcionado en detrimento o a favor de la soberanía alimentaria y el derecho a la alimentación, “tenemos unos requisitos y obligaciones de comercio internacional económico que organizaciones han denunciado como barreras para el desarrollo del sistema alimentario nacional, vale la pena revisar cómo estos acuerdos internacionales afectan también la soberanía alimentaria y la alimentación en el país”.
Para Diego Mora, oficial Nacional de Programas y Representante Asistente de FAO Colombia, un tema importante es mala nutrición y alimentación que va con hambre oculta, “que no son temas menores, es un tema crítico y no se compara en Colombia con la capacidad productiva y las posibles deficiencias de llevar comida a los hogares”.
Resaltó que hay muchas formas de tratar que la gente se alimente bien, demeritar el comercio internacional cuando es necesario en muchas formas no es correcto, “lo que es interesante es que el debate no se centra solo en los temas de productividad, sino también en temas de sostenibilidad social, ambiental, entonces no todo es un tema económico sino hay asuntos culturales, sociales, entre otros.”
Cristián Murcia, nutricionista Dietista, Magister en Seguridad Alimentaria y nutricional, Investigador del Observatorio de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Universidad Nacional de Colombia, señaló que se ha dejado de ver el problema de seguridad alimentaria y derecho humano a la alimentación de manera mucho más compleja, de focalización en los niños, “teníamos en el anterior gobierno una alta consejería para la niñez cuando el problema de hambre escala más allá del tema de hogares y comunidad; hay una mirada restrictiva en cómo se aborda el problema, es cómo complejizar la situación de hambre”.
Señaló que en el marco de la pandemia en el 2020, el Comité Internacional de Seguridad Alimentaria decía que los países con más producción local tenía más resiliencia en momentos de incertidumbre, “acá hay un debate mundial entre lo evidente que hay que fortalecer producción local, de hablar del modelo de desarrollo pensado en la globalización y eso marca un panorama donde eso no es lo único que está pasando”, de hecho, comentó que nos llevaría al abismo seguir insistiendo en romper la matriz de alimentos local cumpliendo con estándares en función de lo multilateral y la capacidad de producción local.
Felipe Roa-Clavijo, Doctor en Desarrollo Internacional de la Universidad de Oxford, investigador en las áreas de agricultura, alimentación y desarrollo sostenible y Profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad de Los Andes, señaló que el hambre y la seguridad alimentaria en Colombia es algo absolutamente inaceptable en un país como Colombia con la biodiversidad, productividad, campesinado y agroindustria que tiene. Advirtió que la situación de inseguridad alimentaria venía empeorando desde antes de la pandemia, pero que ese suceso histórico generó mayor impacto en el sistema alimentario, “es sistema es todo lo que va desde producción hasta el consumo, pero no para ahí, es el aprovechamiento, es nutrición, el reciclaje, el desperdicio de alimentos y eso ocurre en contexto local y en el global”. También afirma que lo que ha pasado con la guerra en Ucrania nos muestra de manera precisa la fragilidad del sistema alimentario, “solo con bloquear esos puertos se afectó a gran parte de la población en distintas formas”.
La ministra de Agricultura, Jennifer Mojica, señaló que el diagnóstico es muy negativo, “más de la mitad de los hogares colombianos se encuentran en una inseguridad alimentaria y esto se agrava especialmente donde las familias vivan, solo las que se encuentran en la región Andina están a salvo”, de hecho, comentó que la situación no es solo de las familias que están en la Colombia profunda sino también se da en las ciudades, “tres de cada diez familias no tienen acceso a tres comidas al día, es un problema real el hecho de que el hambre nos está golpeando a todos; este es un gobierno que busca una reforma agraria para lograr volver a Colombia una potencia agroalimentaria, es tratar de hacer unas intervenciones en todos los elementos de la cadena que pueden intervenir para alivianar la disposición de los alimentos”.
De otro lado, advirtió que tenemos que lograr un equilibrio en el que la baja del costo de los alimentos no implique la pérdida para los productores, pero que logre una mejor salud y seguridad alimentaria para todos, “el Plan de Cero Hambre es una iniciativa que se ha venido gerenciando desde la presidencia y confluimos todas las entidades porque la lucha contra el hambre también pasa por solucionar los costos a los productores, entre otros”. También hay estrategias que tienen que ver con hacer soluciones de emergencia en los lugares más afectados por el hambre principalmente en la costa caribe en departamentos como La Guajira y Sucre.