Colombia evade acuerdo internacional de conservación de la pesquería de atunes

Organizaciones ambientales como la WWF, Conservación Internacional, la Fundación Malpelo y la Fundación MarViva urgen al gobierno de Colombia para que demuestre su compromiso con la conservación de los ecosistemas, respaldando la resolución para adoptar medidas de conservación de especies de atunes aplicables en el 2009, 2010 y 2011

El pasado 12 de junio concluyó la octogésima reunión de la Comisión Interamericana del Atún Tropical en La Jolla, California

Uno de los principales temas de la conferencia era la necesidad de llegar a un consenso sobre medidas de conservación para mantener o recuperar el stock pesquero de las poblaciones de atún en el Océano Pacífico Oriental (OPO). Por primera vez en mucho tiempo se acordaron medidas de conservación de carácter multi-anual, para los años 2009-2011, las cuales fueron aprobadas por los 16 países miembros de la Comisión. La excepción fue Colombia, a quien se le otorgó plazo hasta el 15 de julio del presente año para ratificar u objetar tal resolución. Todos los estudios realizados por personal científico de la CIAT hasta la fecha han mostrado el deterioro progresivo de las poblaciones de atún, especialmente atún ojo grande y una posible sobrepesca de juveniles de aleta amarilla. Por eso resulta urgente respaldar las acciones de carácter multilateral propuestas por todos los países que conforman la Comisión y que, principalmente, resuelve una veda anual para la pesca de atún en el océano Pacífico para los años 2009, 2010 y 2011 de 59, 62 y 73 días, respectivamente, y permite escoger uno de los dos periodos propuestos por año. El fin de esta medida es reducir el esfuerzo de pesca y mortalidad del atún en un 18%. Vedas como ésta son de tipo precautorio y requieren del compromiso de todos los Estados firmantes, en consecuencia, la falta de apoyo de Colombia impide inevitablemente a la CIAT tomar las medidas de conservación necesarias para sostener el rendimiento pesquero de todos los países miembros

En caso de no aprobarse esta resolución las implicaciones negativas serían de gran alcance para la pesquería de atunes en el Océano Pacífico Oriental, así como las consecuencias ambientales, socioeconómicas y comerciales. Considerando que es la principal pesquería de Colombia, se arriesgaría su sostenibilidad como actividad económica, generaría desempleo y reducción en los ingresos y divisas por exportación. Desde que entró a hacer parte de la Convención de 1949, Colombia ha participado sólo cuatro veces. En el 2008 fue calificado como el único país que obstaculizó el consenso en torno a las medidas de conservación; sin embargo, gracias a las gestiones realizadas por instituciones gubernamentales, el país tomó acciones para fortalecer su participación. Las organizaciones ambientales insisten en que es de suma importancia que Colombia se una a los esfuerzos realizados por los demás países del Océano Pacífico Oriental para garantizar la conservación y buen manejo de la pesquería de atún, uno de los recursos pesqueros más importantes para la seguridad alimentaria de la población humana