Cómo limpiar la grasa negra acumulada en las rejillas de la estufa: solo con 4 ingredientes

Una de las partes de la cocina que más suele ensuciarse es la estufa. En este lugar, se acumula con gran facilidad la grasa y la suciedad que, con el paso del tiempo, son muy difíciles de quitar.

El mayor problema es que para evitar que la estufa tenga suciedades difíciles de eliminar, es necesario hacerle una limpieza constante y profunda cada vez que se usa, algo que puede ser muy difícil de mantener para muchas personas. Pero entonces, ¿cómo acabar con esa grasa negra que se acumula en la cubierta y en las rejillas de la estufa? Se lo contamos.

¿Qué tan peligroso es dejar acumular grasa en la estufa?

Como explica HNK Parts, una tienda de repuestos electrodomésticos en Estados Unidos, la limpieza de la estufa es de gran importancia por varias razones:

• Cambios en la eficiencia de la estufa: cuando alguna de sus partes, ya sean los quemadores o las rejillas, están muy sucias, pueden afectar la eficiencia y funcionalidad de la estufa, ya sea porque impide la creación de una buena llama o porque obstaculizan su paso.
• Higiene: cuando se acumula la suciedad, también se suelen acumular bacterias que aumentan el riesgo de contaminación de los alimentos y la generación de olores.
• Riesgo de incendio: con el paso del tiempo, la suciedad acumula puede crear peligro de incendios porque aquella suciedad es inflamable, lo que quiere decir que con gran facilidad puede conducir el fuego y causar graves accidentes en la cocina.

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¿Cómo limpiarla la estufa y quitar la grasa negra acumulada?

La clave para eliminar la grasa acumulada en las estufas está en la combinación de 4 ingredientes que se pueden encontrar fácilmente en casa:

1. Agua caliente
2. Bicarbonato de sodio
3. Vinagre
4. Jabón para platos o detergente

Lo que se debe hacer es esperar a que la estufa esté completamente fría. Mientras eso sucede, se deben combinar los anteriores 4 ingredientes en un recipiente grande en el que quepan las rejillas o en el lavaplatos. Algunas personas suelen incluir un poco de jugo de limón a la mezcla para mejorar sus efectos, aunque no es necesario.

Una vez está fría la estufa, se debe tomar la rejilla y sumergirlas en la mezcla. Más o menos, se debe dejarlas reposar allí entre media hora y una hora completa. Después de ese tiempo, se recomienda tomar una esponja de acero y restregar para quitar completamente los rastros de suciedad y grasa acumulada en esta parte de la estufa.

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Si todavía no quita en algunas partes, se recomienda hacer una mezcla aparte con bicarbonato y el jabón de platos hasta que quede una pasta. Con ello, restregar nuevamente en las partes más difíciles con la esponja de acero durante unos minutos. Así logrará recuperar las rejillas de su estufa y quedarán como nuevas.

Este mismo proceso se recomienda hacerlo con las otras partes de la estufa, como los quemaderos y el resto de la cubierta. Finalmente, cuando termine de restregar y quitar toda la grasa, se debe enjugar y listo.