¿En qué ha fallado Colombia para alcanzar la paz? Análisis de Eduardo Pizarro
El académico se refirió a la situación del gobierno actual, señalando que existe un desequilibrio en la política de seguridad.
En el marco del ‘Visión 2025′, evento de Prisa Media que reunió a diferentes académicos y otros expertos, Eduardo Pizarro hizo parte del conversatorio ‘La paz en la encrucijada: ¿Cómo se puede negociar con la atomización de los grupos ilegales?’, donde expuso su perspectiva sobre los desafíos que enfrenta Colombia.
Este evento reunió a diversos expertos y académicos con el objetivo de analizar la situación del conflicto armado en el país y las posibles soluciones para avanzar hacia una paz duradera. El sociólogo y académico, quien ha sido una figura clave en la historia reciente de la paz en Colombia, fue presidente de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR) e integró la Junta Directiva del Fondo de Víctimas de la Corte Penal Internacional.
Durante su intervención, Pizarro recordó que Colombia firmó en 1990 el primer acuerdo de paz con una guerrilla posrevolución cubana en América Latina, un hito que marcó el fin de varios conflictos armados en países de la región, como Guatemala, El Salvador y Ecuador. Sin embargo, señaló que, a pesar de los esfuerzos durante más de tres décadas, Colombia sigue siendo el único país del hemisferio occidental donde persisten grupos herederos de estas guerrillas.
Frente a esto, expresó una profunda preocupación sobre la falta de avances significativos en la construcción de paz en el país. “Llevamos 34 años de esfuerzos y yo me pregunto qué es lo que hemos hecho mal. 34 años de esfuerzo y no salimos, persisten los grupos armados. Yo tengo la idea de que el problema fundamental que hemos tenido en el país es que no hemos llevado suficiente paz y seguridad”.
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Otros problemas
El académico también se refirió a la situación del gobierno actual, señalando que existe un desequilibrio en la política de seguridad. Según Pizarro, en la actualidad hay más “zanahoria que garrote”, es decir, un énfasis excesivo en las negociaciones y acuerdos con grupos armados, pero con un debilitamiento de la presencia del Estado en el territorio.
Este fenómeno, explicó, se ve reflejado en la creciente ausencia de control territorial por parte de las fuerzas militares y la policía, lo que contribuye a la proliferación de grupos criminales en varias zonas del país, especialmente en las fronteras marítimas y terrestres. Estos grupos, indicó Pizarro, se alimentan de las rentas ilegales generadas por actividades como el narcotráfico y la minería ilegal.
Pizarro también destacó que la fragmentación de grupos como el ELN, las disidencias de las FARC y otros grupos reincidentes es un fenómeno que responde en parte a los intereses de aquellos que se enriquecen con las rentas ilegales. Esta fragmentación, según él, es alimentada por saboteadores que buscan maximizar sus beneficios, lo que provoca la pérdida de unidad y el desvanecimiento de los compromisos políticos dentro de estos grupos.
La complejidad geográfica
En su intervención, el académico señaló que uno de los factores que complica aún más la situación es la complejidad geográfica de Colombia, un fenómeno que la Universidad de Harvard ha destacado en un estudio sobre los países más complejos del mundo. En este informe, Colombia ocupa el tercer lugar, después de Afganistán y la República Democrática del Congo, en términos de complejidad geográfica, debido a la combinación de conflictos armados prolongados, fronteras porosas y una capacidad limitada del Estado para ejercer control sobre su territorio.
Con base en esta visión crítica, Pizarro enfatizó la necesidad de replantear la estrategia del Estado para lograr una paz duradera. Para él, es fundamental que se recupere el control sobre los territorios más afectados por la violencia.
Acá la intervención: