Daniel Ortega y Rosario Murillo, pareja determinada a quedarse en el poder
El presidente y la vicepresidenta de Nicaragua compiten en las elecciones de este domingo contra candidatos considerados “zancudo” en ese país.
Daniel Ortega ha sido uno de los protagonistas de críticas y comunicados de decenas de países y de organismos multilaterales en los últimos meses. El dirigente de Nicaragua busca su cuarto período consecutivo y el quinto en general, de una forma que ha llevado a ganarse el calificativo de dictador.
Ortega nació en la década de 1940 en el municipio de La Libertad y estudió para ser abogado. Sin embargo cerca de 1963 dejó a un lado sus clases para unirse al sandinismo y apoyar la lucha contra el entonces dictador Anastasio Somoza. Eso lo llevó durante siete años a prisión y luego al exilio en Nicaragua en donde conoció a Rosario Murillo.
Su vida política inició oficialmente tras enfrentamientos con Estados Unidos y cuando en 1980 fue nombrado coordinador de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, lo que en 1984 le permitió convertirse en candidato presidencial sin la participación de la oposición y con una victoria.
En 1990 perdió en una nueva campaña contra Violeta Barrios de Chamorro y fue solo hasta 2006 cuando pudo recuperar el poder y volver a la presidencia con el Frente Sandinista de Liberación Nacional. Desde entonces eliminó las barreras a la reelección y se ha mantenido al frente durante cuatro períodos, con aliados cuestionables y políticas que ha llevado a sus opositores al exilio.
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Su esposa Rosario Murillo ha conseguido más poder en los últimos períodos y ahora es la vicepresidenta y una de las voces más activas del gobierno, siendo ella quien aparece en público o en medios oficiales con mayor frecuencia.
Murillo tiene una hija de una pareja anterior. Se llama Zoilamérica Narváez y en 1998 denunció que Ortega abusó de ella. Frente a eso su madre mantuvo el apoyo al mandatario y la llamó "loca" y "mentirosa", mientras Ortega niega las acusaciones.
La pareja se muestra unida para mantener el poder y según expertos en ese país se complementan en sus personalidades. Juntos han enfrentado crisis como las protestas de 2018, acusaciones desde el exterior y los cuestionamientos por el uso que les han dado a las instituciones.