Se suspenden temporalmente las restricciones a restaurantes para venta de viche en Bogotá

El pasado viernes 1 de septiembre se realizó una reunión en la que participaron representantes del Gobierno Nacional, de las autoridades sanitarias, la comunidad del Pacífico colombiano y el sector gastronómico de Bogotá, con el fin de negociar la prohibición de la venta de viche en Bogotá.

Tras el encuentro se anunció que los restaurantes de la capital podrán comercializar la bebida de nuevo, al menos de forma temporal. Esto mientras se definen los lineamientos de regulación de la venta de esta bebida tradicional el Litoral Pacífico colombiano.

Al respecto habló Guillermo Henrique Gómez, presidente de la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica. El ejecutivo aseguró en 6AM Hoy por Hoy que la regulación sanitaria no puede ser igual para los casos de la producción industrial y la producción tradicional.

En su comunicación, Gómez explicó que la decisión a la que se llegó es “una solución parcial”. Sin embargo, destacó la “comprensión profunda del tema” por parte de Alejandro Gómez López, secretario de Salud de Bogotá.

Agregó que el funcionario “anunció que no iba a volver a hacer operativos por lo menos en un mes”. De esta forma los restaurantes podrán ofrecer de nuevo el viche en sus ofertas gastronómicas, aunque sea de manera temporal.

El ejecutivo comentó que el sector requiere una reglamentación especial para la comercialización de este producto, que sea acorde con la ley que protege la bebida como parte del patrimonio cultural de la nación.

“El INVIMA (Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos) debe expedir un registro sanitario especial para la bebida”, añadió.

Aseguró que las consecuencias de las prohibiciones que se dieron en el mes de agosto para la venta de viche en restaurantes de Bogotá, no solo causaron efectos económicos sobre los comercios. También afectaron la imagen de los actores del sector gastronómico.

“Expuso la reputación de varios restaurantes y nos llevó a la decisión de no seguir incorporando el viche en la experiencia gastronómica de Bogotá”, comentó Gómez.

Desde su perspectiva, los lineamientos con los que opera el INVIMA, máxima entidad de revisión y seguimiento sanitario en el país, desconocen en parte la esencia de la tradición gastronómica del país.

Por esta razón se han generado conflictos en torno a otras prácticas gastronómicas como el uso de hoja de bijao para envolver bocadillos de guayaba. El presidente del gremio gastronómico hizo referencia a esa situación.

“Sus principios los lleva a aferrarse a criterios muy procedimentales, pero frente a elaboraciones artesanales existe un ámbito distinto. Al proceso artesanal no se le puede exigir lo mismo que al proceso industrial”, señaló.

Añadió que el exceso de los “criterios científicos” sobre la realidad procedimental y la tradición cultural detrás la gastronomía colombiana, es una fuente de conflictos “que esperamos se resuelvan de una vez por todas.

“También lo artesanal tiene buenas prácticas, muchas veces incluso asegura mejor calidad y sanidad que cosas muy elaboradas, que hoy afectan más la salud que estos procedimientos”, aseveró.

El ejecutivo aprovechó para referirse a las implicaciones de la reforma laboral del Gobierno sobre las operaciones del sector gastronómico. Aseguró que la propuesta causa una “altísima preocupación”.

Lo anterior especialmente en cuanto al trabajo en horarios nocturnos y fines de semana: “esos son los dos horarios fuertes de la gastronomía”, dijo.

Añadió que las consecuencias de la aplicación de la reforma laboral se suman a los efectos de la inflación sobre el precio de los alimentos: “se nos han caído las ventas casi un 30% por ese incremento de precios”.

Por el momento, respecto a la comercialización del viche en Bogotá, se esperan los resultados de una mesa de conversación que se desarrollará con el Ministerio de Cultura para hablar al respecto.

El objetivo del encuentro, que del próximo martes 5 de septiembre será definir “la coordinación interinstitucional para permitir que el viche no vuelva a ser objeto de este tipo de acciones”. También para “promover nuestros valores gastronómicos en lugar de perseguirlos y aislarlos”, concluyó.