[Febrero 2013] Contrabando de gasolina para 'narcolanchas' en el Pacífico

Un galón de gasolina que en cualquier lugar de Colombia tiene un costo cercano a los 8.000 pesos, pero a millas adentro del Océano Pacífico, donde es usado para aprovisionar las lanchas rápidas del narcotráfico, puede elevar su valor a más de 100.000 pesos

La demanda del combustible en Alta Mar, por parte de los narcotraficantes, ha convertido a muchos pescadores y pequeños lancheros del puerto de Buenaventura en auxiliadores de los grupos ilegales que operan en la región, sin importar los riesgos legales

La pobreza de la región y la presión armada hacen que muchas personas acumulen, durante días, el combustible, y salgan con sus lanchas cargadas de gasolina al encuentro en el océano de las narcolanchas tipo Go Fast, que recorren el Océano de sur a norte cargadas de cocaína

Haciendo cuentas, en una mañana un lanchero se puede ganar más que lo que obtiene cualquier pescador en una faena de 45 días

Para las autoridades de la región es difícil lograr la judicialización de los hombres dedicados a esta actividad, sólo si reúnen suficientes pruebas de que los transportadores están vinculados a una banda organizada pueden lograrlo

Este tipo de lanchas que, en promedio, pueden llevar tres o cuatro toneladas de cocaína son las preferidas de los narcotraficantes por la gran velocidad que alcanzan, sin embargo cuentan con la gran desventaja del alto consumo de gasolina

Poner una lancha de estas en funcionamiento tiene un valor aproximado de 15O millones de pesos, $100 millones la estructura de la embarcación y otros $50 millones el motor

Cualquier colombiano o extranjero que presenté una serie de documentos ante la Dirección General Marítima puede legalizar la compra de estas lanchas, con fines turísticos o de transporte, hacia regiones apartadas

Contrario a las lanchas rápidas, los semisumergibles van mucho más lento, pero tiene la capacidad de almacenar el combustible para viajar con autonomía hasta las costas de México o Estados Unidos

En estas embarcaciones, construidas habitualmente en la mitad de la selva para ser usadas una sola vez, viajan cuatro personas con la droga

El viaje de una semana lo realiza un hombre experto en máquinas, uno experto en navegación, un ayudante y un narcotraficante responsable del envío. Habitualmente los tres primeros no reciben más de cinco millones de pesos por el viaje, que dura una semana en precarias condiciones

Al llegar a México, las bandas le proporcionan a estos marinos documentos falsos que les facilitan el regreso a Colombia, en la mayoría de los casos para preparar un nuevo viaje

Otra modalidad más segura para los narcotraficantes son unos cilindros metálicos, que son amarrados con cadenas a embarcaciones medianas de transporte de mercancías

Cuando los tripulantes de los barcos se sienten detectados por las patrullas de la Armada Nacional simplemente sueltan las cadenas dejando hundir la droga y evitando cualquier prueba de su vinculación al narcotráfico

Las embarcaciones confiscadas el año pasado, se encuentran abandonadas en una especie de cementerio, en la base de los Guardacostas del Pacífico, a la espera de un complejo proceso de extinción de dominio que determinará su futuro.