El debutante sacó al campeón

Eliminada Italia, ultima de su grupo y clasificada Eslovaquia. Como para no creer. Es fácil pensar que no hay una sola “polla” en el mundo con ese resultado, ni siquiera en Bratislava, capital eslovaca, donde hoy están celebrando la fiesta más grande de su existencia desde 1993 cuando se separaron de la desparecida Checoeslovaquia. Y al encargado de semejante hazaña, de marcar dos goles para que Eslovaquia venciera al campeón Italia 3-2 y lo enviara a casa, ya le tienen reservado un monumento en su pequeño país, de 6 millones de habitantes y tan grande como la mitad del departamento de Antioquia. Se llama Robert Vittek, tiene 28 años, ha marcado 3 de los 4 goles de Eslovaquia en el mundial y tu vida ha sido de felicidad y lagrimas como fue la celebración de sus compañeros. Cuando tenía 17 años una lesión del ligamento cruzado le frustró un precontrato con Real Madrid. Recuperado y con su ilusión maltrecha, Vittek se fue al Nurenberg donde marcó 17 goles en 18 partidos y se convirtió en el primer jugador de la Bundesliga alemana en marcar dos hat-trick consecutivos. Pasó al Lille con suceso pero perdió la titular y parecía lejos la posibilidad de estar en Sudáfrica. Y tomo la gran decisión: viajar a Turquía a jugar con el Ankaragucu para asegurar su continuidad futbolística y tener ritmo en su selección. Vino al mundial como desconocido y mañana será foto en todos los diarios del planeta y será ungido en Eslovaquia como héroe. El único debutante eliminó en primera ronda al campeón vigente, dueño de 4 títulos, dos subtítulos y 16 presencias mundialistas. Esta realidad resume lo que ha sido el campeonato sudafricano, un torneo donde nadie respeta historia, ni copas, ni abolengos, ni distinciones nobiliarias. Los grandes han sufrido porque los chicos, los menospreciados, como Eslovaquia, se alzaron con el escudo de la táctica y la lanza de los goles de Vittek, un jugador con pinta de tronco pero alma de crack.