Los famosos y sus disculpas públicas

Tiger Woods es uno más en el listado de las celebridades que piden perdón público por sus errores en la vida personal. “He pecado en contra tuya y ruego por tu perdón”, le cantó el evangelista Jimmy Swaggart, en pleno discurso ante un estadio lleno de personas a su esposa hace un par de décadas. Hugh Grant fue procesado por las autoridades en 1995 por estar solicitando servicios de una prostituta que terminó siendo un hombre, Divine Brown. Fue en vivo y en directo que Grant admitió su error (que fue aun más garrafal debido a que en ese tiempo Grant estaba relacionado con la sensual actriz Liz Hurley). “Uno sabe lo que esta mal y lo que esta bien. Yo hice algo malo, ahí lo tienen”, confío Grant en el Show de Jay Lenno. Bill Clinton ante el caso de Mónica Lewinski no tuvo otra que pedir perdón continuamente. Lo hizo desde el podio presidencial ante el mundo entero tan pronto como el senado de los EEUU le removió cualquier cargo en su contra por haber traicionado la confianza de su pueblo. El año pasado, el gobernado del estado de Nueva York, Elliot Spitzer, hizo lo mismo pero con su esposa al lado, tras haber solicitado servicios de una exclusiva prostituta neoyorquina, Ashley Dupre. El comediante David Letterman fue chantajeado por tener relaciones sexuales con sus productoras en el 2009. El presentador norteamericano pidió perdón, no sin antes soltar uno que otro chiste al respecto. “Estamos en otoño en Nueva York… Hace frío afuera de mi casa y hace mucho frío en mi casa” dijo en el monologo de su premiado programa, The Late Show. La lista sigue, desde el Senador John Edwards que pidió perdón en entrevista con la ABC hasta Tom Cruise y deportistas como Marck McGuaire y Alex Rodríguez. La fama no es solamente un acelerador de fortuna y poder sino que, en efecto, también es un catalizador de la culpa.