Vigilados con ‘lupa’ permanecían los cuatro policías capturados en Bogotá

No es fácil para la Policía aceptar que al interior de su institución-que debe dar ejemplo- ‘manzanas’ podridas enloden la imagen de decenas de uniformados que trabajan con la frente en alto. Sin embargo, este martes lo hicieron y hasta pidieron que se investigue a fondo las oscuras actuaciones de cuatro uniformados pertenecientes a la Policía de Bogotá que fueron capturados por la Dijín- sus compañeros- porque desde el 2013 están señalados de incurrir en varios delitos, entre ellos, extorsión, secuestro extorsivo y hasta narcotráfico.

Sin embargo, la opinión pública cuestiona que tres años después no los hayan separado del cargo. Y que solo hasta la 1:00 de la tarde de este lunes, el grupo Anticorrupción de la Dijín haya capturado al capitán Jaime Castillo Martín, comandante del CAI Patio Bonito; el intendente John Celis Rojas (uniformado de la Sijín); el patrullero Cesar Andrés Cruz (integrante del Grupo Fuerza Disponible de la Policía), y el patrullero Humberto Cortés Torres (a quien llama ‘Papa Salada’, policía en Fómeque, Cundinamarca).

¿Por qué tardaron tres años en capturarlos? ¿Volvieron a reincidir en concierto para delinquir agravado, cohecho propio, concusión, secuestro extorsivo, narcotráfico, después de las denuncias en su contra? El mayor general Jorge Rodríguez, director de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional, respondió a Caracol Radio “que puede resultar hipotético de que los uniformados hayan seguido delinquiendo, es una situación de una investigación, pero lógicamente nosotros los teníamos bajo la verificación de una denuncia de una persona que presuntamente también está involucrada en hechos ilegales”, dijo.

Además, una fuente de la Dijín de la Policía, quien adelantó el operativo, le contó a Caracol Radio que no fue fácil demostrarle a un juez de garantías que los cuatro policías habían incurrido en este tipo de delitos.

Es decir, debieron buscar pruebas para probar las denuncias y obtener las órdenes de captura. “Es una actividad judicial y como tal requiere de algunos pasos, de unas pruebas que la Policía ha venido buscando para que la Fiscalía solicite unas ordenes de captura y se materialicen”, explicó Rodríguez.

Y entregó mayores detalles del operativo de captura: “Dentro del plan de transparencia que adelanta la Policía fueron capturados estos miembros de la institución por un hecho ocurrido en 2013, donde retuvieron ilegalmente a dos personas que presuntamente comercializaban con estupefacientes y les exigieron un dinero. Estas personas denunciaron y a partir de ahí la policía judicial inició una investigación con la Fiscalía que dio con la orden de captura de estos policiales”.

Y el mensaje de la Policía fue claro: “Quien transgreda los límites legales, quién esté involucrado en hechos que afecten el trabajo policial, tiene que responder ante las autoridades judiciales y tiene que irse de la institución policial. Esto no solamente es separarlos del cargo, sino que tienen que responder judicialmente por lo que hacen”, expresó el alto oficial.

Lo cierto es que la Dirección Nacional de la Policía tiene los ojos puestos en la Policía de Bogotá. E incluso en los escritorios judiciales reposan las investigaciones en contra del coronel (r) Gerardo Rivera, excomandante de la Policía de Los Mártires, quien según denuncias tenía nexos con los ‘ganchos’ del Bronx, entre otros uniformados salpicados por los mismos hechos.

“Vamos a continuar verificando las informaciones y tomando las decisiones que sean necesarias para seguir en esta política de transparencia”, resumió el general Martínez. Es decir, podría haber noticias similares en los próximos meses porque la Policía promete erradicar de tajo la corrupción.