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Antiguo predio del INPEC recuperado podría ser para proyectos sociales

El predio durante muchos años fue utilizado para consumo y venta de sustancias ilícitas.

Cortesía: Alcaldía de La Ceja

Antioquia

Luego de más de cinco décadas, el municipio de La Ceja del Tambo recuperó el predio donde funcionó el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) de mediana seguridad, una infraestructura ubicada en zona urbana cuya permanencia generó impactos sostenidos en materia de seguridad, convivencia y uso del suelo.

El establecimiento albergaba cerca de 230 personas privadas de la libertad provenientes de distintos departamentos del país, mientras que el número de internos oriundos de La Ceja se mantenía entre 10 y 15.

Pese a esta baja representación local, el municipio debía destinar cerca de 130 millones de pesos anuales al INPEC, mediante convenios administrativos, jurídicos, tecnológicos y logísticos para el sostenimiento de procesos de detención preventiva.

A la carga financiera se sumaron afectaciones recurrentes en el entorno del centro penitenciario. Según reportes ciudadanos y registros institucionales, en el sector se presentaron hechos asociados al consumo y tráfico de sustancias psicoactivas, ingreso de drogas al establecimiento, motines, intentos de fuga, disparos y actividades de prostitución, situaciones que incidieron directamente en la convivencia del área.

La presencia de internos considerados de alta peligrosidad en un sector residencial también generó cuestionamientos sobre la pertinencia de mantener un centro de reclusión de estas características dentro del perímetro urbano de un municipio intermedio, así como sobre la distribución de responsabilidades entre el nivel nacional y los entes territoriales.

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Este caso se enmarca en un debate regional más amplio sobre la localización de centros penitenciarios en zonas urbanas y la falta de proporcionalidad entre los impactos asumidos por los municipios y los beneficios que reciben.

En distintos territorios del Oriente antioqueño se han planteado revisiones a este modelo, particularmente frente al uso del suelo y la seguridad ciudadana.

Ante este panorama, la Administración Municipal adelantó las gestiones para la recuperación del predio, proceso que también respondió a solicitudes de los habitantes del sector. La alcaldesa de La Ceja del Tambo, María Ilbed Santa Santa, se refirió a las razones que motivaron la decisión y al destino que se proyecta para el espacio.

“Solicitamos la devolución de este predio por el impacto que generaba en el municipio. Durante años se trasladaron internos de diferentes departamentos del país, mientras que el número de personas privadas de la libertad oriundas de La Ceja era mínimo”.

Según lo informado por la administración local, el predio podría destinarse a proyectos de carácter social, como una institución de educación superior o una institución prestadora de servicios de salud orientada a la atención de personas en condición de discapacidad. Estas propuestas deberán surtir los procesos de planeación, financiación y concertación correspondientes.

Para los residentes del sector, la salida del centro penitenciario representa un cambio significativo en la dinámica del barrio, aunque persisten expectativas sobre la ejecución efectiva de los proyectos anunciados y los plazos en los que se materializarán.

La recuperación del predio marca el cierre de un periodo prolongado de uso penitenciario en zona urbana y abre una discusión sobre el manejo del suelo público, la seguridad y el impacto territorial de infraestructuras de alcance nacional en municipios intermedios.