EE fue seleccionada por el MIT Solve en el LEAP Challenge 2024.

EE fue seleccionada por el MIT Solve en el LEAP Challenge 2024. / alejandrocantillo alejandrocanti

Una escuela que enseña a vivir: así funcionan los programas didácticos de Alianza Educativa

Más allá de matemáticas y lenguaje, este modelo pedagógico enseña a los jóvenes de la localidad de Kennedy a conocerse, cuidarse y construir un futuro con propósito.

Por: Paula Jiménez Cárdenas

En su aniversario número 25, Alianza Educativa celebró no solo su trayectoria, sino también el corazón de su modelo pedagógico: programas didácticos que ponen en el centro el desarrollo integral de niñas, niños y jóvenes. Durante el encuentro, que tuvo lugar en el Colegio Jaime Hernando Garzón Forero, en el suroccidente de Bogotá, estudiantes, docentes y familias siguieron imaginando las escuelas del futuro.

El modelo surge como respuesta a desafíos concretos identificados en sus comunidades, especialmente en lo relacionado con temas de salud mental y conductas disruptivas. En 2024, por ejemplo, el Colegio Jaime Garzón registró 177 casos de dificultades emocionales, 70 de conductas asociadas al suicidio, 82 de consumo de sustancias psicoactivas y 35 de acoso escolar. Un panorama que impulsa un fuerte enfoque en el desarrollo socioemocional.

En lo académico, una vez implementadas las estrategias de remediación, aplicaron evaluaciones estandarizadas para medir habilidades básicas en lectura y matemáticas. Como resultado, el 52,7% de los estudiantes que estaban en los niveles más bajos de matemáticas (EGMA) y el 27% de quienes tenían dificultades en lectura (EGRA) lograron avanzar a niveles superiores, lo que evidencia el impacto de las soluciones implementadas.

Esa “escuela del futuro”, como la llaman, se viene construyendo en las aulas de 11 colegios públicos. Jessica Arias, que hace parte del equipo de Alianza Educativa, estima que este modelo ha impactado aproximadamente entre 5.500 y 11.000 niños, niñas y jóvenes.

“Nuestro modelo educativo parte de la idea de que no se puede enseñar solo desde lo académico”, añade Diana Basto, directora de la alianza, haciendo referencia a la importancia de crear ambientes seguros para la juventud del país en los entornos escolares.

“Los programas que implementamos, como Navegar Seguro, Oso y Comunidad Protectora, permiten trabajar de manera didáctica habilidades esenciales como la autorregulación emocional, la toma de decisiones y la convivencia pacífica”, añade.

Estos contenidos no se enseñan como materias aisladas, sino que están integrados de manera transversal en los currículos: “Aquí aprendemos sobre nuestras emociones desde primer grado”, cuenta Camila Rojas, estudiante del colegio Las Margaritas. “Nos enseñan que está bien sentir tristeza, rabia o miedo, pero también cómo expresarlo sin hacer daño a otros ni a uno mismo”.

Desde el aula, los docentes destacan cómo estos programas transforman el ambiente escolar. Germán Pineda, rector del colegio Argelia, señala que “cuando se prioriza el desarrollo socioemocional, el aprendizaje académico mejora porque los estudiantes están más motivados, más seguros de sí mismos y más conectados con su proceso”.

Andrea Fonseca, docente de primaria, agrega que “los niños no solo aprenden a leer, también aprenden a escucharse, a respetar turnos, a consolar a un compañero. Eso también es educación”.

Este enfoque fomenta metodologías activas, participación estudiantil y trabajo colaborativo. “En nuestras clases usamos mucho el diálogo, el juego y la reflexión”, cuenta Jefferson, estudiante de grado noveno. “No es solo copiar del tablero, es entender por qué lo que aprendemos nos sirve para la vida”.

fundada hace 25 años por cuatro instituciones líderes del sector educativo en Colombia: el Colegio San Carlos, el Colegio Los Nogales, el Gimnasio La Montaña y la Universidad de los Andes. / alejandrocantillo alejandrocanti

La solidez de este modelo ha permitido enfrentar con éxito desafíos como el rezago educativo o las secuelas de la pandemia. “Muchos niños llegaron después del confinamiento con dificultades de concentración, frustración o desinterés”, dice Claudia Rincón, orientadora escolar. “Con los programas didácticos trabajamos el reencuentro, la contención emocional y la motivación, paso a paso”.

Para Diana Basto, uno de los logros más significativos es haber logrado que estudiantes con trayectorias escolares incompletas se reincorporen y permanezcan en el sistema. “Logramos que niños que llegan a primero sin saber leer o escribir, avancen rápidamente con acompañamiento emocional y pedagógico”, afirma.

El impacto del modelo también ha sido reconocido por actores institucionales. Julia Rubiano, subsecretaria de Educación de Bogotá, asegura que “la dimensión socioemocional no es un complemento, es parte esencial de la calidad educativa y alianza ha logrado sistematizar e implementar esto con rigor y constancia”.

Para Víctor Saavedra, director de la Agencia Distrital para la Educación (Atenea), “estos programas son una plataforma para la equidad y el acceso real a oportunidades de vida. No se trata solo de llegar a la universidad, sino de llegar con propósito y proyecto de vida”.

Pero quizás las voces más contundentes son las de las familias. Ángela Rodríguez, madre de dos estudiantes, comparte: “Mi hijo antes era muy callado, no hablaba de lo que sentía. Ahora me cuenta cuando algo lo molesta, y eso lo aprendió en el colegio. Eso vale más que cualquier nota”.

Escucha la radioen directo

Caracol Radio
Directo

Tu contenido empezará después de la publicidad

Programación

Ciudades

Elige una ciudad

Compartir

Más acciones

Suscríbete

Tu contenido empezará después de la publicidad