Soldado amputado se convierte en el primer conductor de ambulancia militar certificado en Colombia

Colombia

Desde niño, Carlos Andrés Mancilla soñó con portar el uniforme militar y servir a su país. Sueño que se cumplió hace 15 años, entró a la institución y estuvo en Casanare, Boyacá y Tolima, y fue seleccionado para un prestigioso curso de suboficiales.

Sin embargo, el rumbo de su vida cambió durante una operación de seguridad en Caño Limón-Coveñas, al caer en un campo minado con artefactos explosivos improvisados que lo dejó al borde de la muerte.

Pasó casi un mes en coma, sin memoria ni reconocimiento propio, y enfrentó una dura recuperación tras sufrir múltiples fracturas en el cráneo. Durante seis meses, luchó por recuperar su identidad, sin siquiera poder reconocer a sus padres.

Contra todos los pronósticos médicos, Mancilla logró volver a caminar con muletas. Durante siete años batalló para conservar su pierna, pero finalmente fue necesaria la amputación. A pesar del golpe físico y emocional, nunca renunció a su vocación.

Ya en el Batallón de Sanidad del Ejército Nacional, pidió una nueva oportunidad: quería manejar una ambulancia. Tras algunas pruebas, se convirtió en el primer conductor amputado certificado en la historia militar colombiana. De los 15 aspirantes, solo dos aprobaron. Él fue uno de ellos.

Hoy, cada vez que transporta a un paciente, Mancilla recuerda su propia lucha por la vida. “Me imagino en la parte de atrás, luchando por mi vida. Así que hago lo imposible para llegar a tiempo”, afirmó.

Su habilidad y rapidez ya salvaron una vida: trasladó de emergencia a un suboficial con síntomas de preinfarto al Hospital Militar Central, donde los médicos confirmaron que, de haber tardado más, el resultado habría sido fatal.

Carlos Andrés Mancilla no solo sigue sirviendo a su patria, sino que también inspira a cientos con su historia.

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