No se llama la “Suiza Colombiana”, se llama el Norte de Antioquia
Este lugar tiene su propia historia, su propio nombre y su naturaleza única.
Norte de Antioquia
No sé en qué estaría pensando quien decidió bautizar a esta tierra como “La Suiza Colombiana”, digo no sé, porque sin desconocer las maravillas que hay afuera, el corazón no puede ver algo más bello que las montañas del altiplano del Norte. Este lugar tiene su propia historia, su propio nombre y su naturaleza única.
Adentrarse es en sí soltar las prevenciones de la ciudad para caminar entre represas. No es posible cruzar el Embalse Miraflores y Troneras sin quedar en una suerte de estado de ensimismamiento ante el silencio. Carolina del Príncipe es el canto del pueblo, Juanes y los balconcitos de colores le dan al un aire especial. En Gómez Plata la gente saluda siempre, hasta varias veces después de que ya te han visto.
Y qué decir del campesino. Ellos son los seres humanos más hermosos de la tierra. Todos venimos de ellos y todos les debemos a ellos: su trabajo, su amor. Nunca niegan un “tintico” y una conversación. En Entrerríos y San Pedro los animales y los granjeros viven en una comunión tan amorosa, que sus lácteos y quesos tienen el sabor más especial que puedas probar.
Barbosa es la puerta de entrada a la magia de las subregiones y los senderos marcaron la historia de quienes ahora habitamos en la ciudad. En Donmatías no te alcanza el tiempo si vas con prisa. Caminar lento es la clave. Es una tierra emprendedora y de aquellas personas que te llevan a su casa para compartir historias y un plato en donde, infaliblemente no puede ausentarse un chicharrón.
El Norte de Antioquia es la sensación que necesita sentir el alma: amor del campesino, emprendimiento de la gente, cordialidad y manos impías que son la constatación más perfecta de que la magia está en ellos.