Guerra en Siria cumple 10 años y deja 388.000 muertos
El papa Francisco hizo un nuevo llamado para bajar las armas y ayudar a reconstruir el tejido social en esa nación.
En 2011, Damasco vivió su parte de la Primavera Árabe con protestas y manifestaciones en contra de la familia Al Assad que llevaba ya 40 años en el poder. Miles de personas, particularmente jóvenes que eran impulsados por internet, salieron a las calles a protestar por temas sociales y económicos.
Esas marchas llevaron a una desconexión entre ciertas partes de la población y el Estado, lo que con los años hizo que algunas zonas del país fueran declaradas como "liberadas" o fuera de control del gobierno y contaban con el apoyo internacional. Así empezó una guerra por el control del territorio a la que se sumó más tarde el Estado Islámico y se convirtió en un escenario sangriento.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos estima que 388.000 personas han muerto en esta guerra, incluyendo a 22.000 niños. Además señala que al menos 88.000 personas murieron en centros de detención y otros miles están desaparecidos.
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Este domingo el papa Francisco hizo un llamado desde el Vaticano para poner fin al conflicto y bajar las armas, calificándolo como una de "las catástrofes humanitarias más graves de nuestro tiempo". Francisco pidió a las partes en conflicto que den muestras de buena voluntad para que la población tenga un rayo de esperanza.
"Espero también un compromiso constructivo, decisivo y renovado de solidaridad por parte de la comunidad internacional para que, una vez depositadas las armas, se pueda reconstruir el tejido social y se pueda iniciar la reconstrucción y la recuperación económica", agregó el papa Francisco al terminar el Ángelus.