Orden Público

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Tráfico de armas de EE.UU. a América Latina impulsa caravanas migratorias

En promedio de 253 mil armas ilegales son traficadas al año desde Estados Unidos a México.

Según los datos más recientes del Buró de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos de Estados Unidos (ATF) el 71,9% de las 15,400 armas que se confiscaron en el 2014 por autoridades mexicanas viene de Estados Unidos.

Armas que en su mayoría pasan por la frontera y terminan en manos de pandillas, maras, carteles y crimen organizado que después se trafican a Colombia y otros países de América Latina. Este comercio ilegal de armas está nutriendo e incentivando los conflictos regionales. Además, aumenta los índices de homicidios, corrupción, desplazamientos y caravanas migratorias de personas que terminan buscando refugio en Estados Unidos. De hecho, según la Red Centroamericana para la Construcción de la Paz y el Desarrollo Humano, hay una relación entre el aumento del tráfico ilegal de armas a Centroamérica con el crecimiento en la tasa de homicidios en los países del Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador, Honduras). El estudio muestra como más del 80% de los 13,129 homicidios cometidos en esos países fueron con armas de fuego

En la mayoría de los países latinoamericanos, la venta y el porte de armas es ilegal, sin embargo, en Estados Unidos es legal. La facilidad para adquirir las armas en EE. UU. está generando que muchas personas aprovechen para comprarlas a precio oficial y las revendan a precios mucho más caros en el mercado negro al crimen organizado.

Pasa como con la coca: dada su ilegalidad y la alta demanda en el mercado estadounidense su precio es muy alto y el negocio es muy rentable para los narcotraficantes. Pues en el caso de las armas es un poco al revés: dado que en Latinoamérica la compra de armas es ilegal, pero hay tanta demanda dados los conflictos, entonces su precio se dispara y Estados Unidos y otros países productores se encargan de suministrarlas 

El comercio de armas representa el tercer negocio más rentable en el mundo después del narcotráfico y la trata de personas. Al año se comercializan cerca de 60 mil millones de dólares en armas. Un negocio muy rentable del que Estados Unidos le ha sacado provecho durante muchos años armando a otros países e impulsando conflictos. 

¿Cómo funciona el negocio? 

Un joven de 18 años, o 14 años como en el Estado de Minnesota, puede comprar un arma prácticamente solo con su tarjeta de identidad y un salvo conducto. Pues lo que muchos han hecho es comprar las armas y revenderlas de forma ilegal a otras personas normalmente vinculadas a carteles de narcotráfico o crimen organizado en América Latina que no tienen los papeles para comprarlas. A estos intermediarios de armas se les llama “Straw Buyers” o compradores pitillo y según la revista New Yorker algunos de estos pueden llegar a vender hasta 1000 armas durante su vida criminal. Según varios intermediarios, las armas que más venden son los rifles de asalto AR-15 y las pistolas semiautomáticas 9 milímetros a las que las maras llaman las ‘matapolicías’.

Según Bernad Zapor, un agente retirado del buró de armas, un rifle AR-15, con el que se cometen la mayoría de tiroteos en Estados Unidos, vale cerca de 1200 dólares en una de las 137 mil tiendas autorizadas en Estados Unidos. Pero una vez llega a México el arma puede costar 4 mil dólares. Esto sin tener en cuenta la munición sobre la que se puede pagar 15 veces su valor inicial al cruza la frontera. En Colombia, los rifles AR-15 pueden llegar a costar 31 millones de pesos por unidad. Una gran rentabilidad que impulsa el crimen organizado y carteles a invertir en el negocio y diversificar su portafolio.

¿Cómo se trafican estas armas? 

Primero se compran en Estados Unidos a través de los intermediarios o compradores pitillos, se desarman, las camuflan en repuestos, computadores, electrodomésticos y otros productos y después las pasan por la frontera evadiendo los escáners y los controles de seguridad. De hecho, Según la Fiscalía General de la Nación los escáners del aeropuerto El Dorado muchas veces no logran detectar las partes desarmadas. 

Cabe mencionar que en Colombia durante el 2017 se decomisaron 24.000 armas de fuego, esto es el triple de las que entregaron las Farc tras el acuerdo de paz que fueron 8,112. 

En resumen, su la falta de leyes contra las armas de fuego en Estados Unidos no solo esta impulsando los tiroteos en ese país, sino que está nutriendo los conflictos armados regionales suministrando todo tipo de armas cortas y largas a los carteles, pandillas, maras y grupos de crimen organizado en América Latina. 

Lo preocupante es que las autoridades en Washington saben que este tráfico de armas está generando el flujo migratorio ilegal de personas, pero el gobierno actual las está tratando de parar a punta de militares armados y muros fronterizos. Una situación que no va a cambiar muy pronto porque el lobby de las empresas fabricantes de armas como Smith & Wesson, Springfield Armor o la Asociación Nacional del Rifle es muy poderoso para lograr algún cambio.

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