¿Son las redes sociales más adictivas que la cocaína?
Expertos aseguran que el modelo de negocio de plataformas como Facebook o Instagram están diseñadas para generar una dependencia.
El uso abusivo de las redes sociales y su efecto en la salud mental de sus usuarios, en especial en la de aquellos más jóvenes, se ha convertido en los últimos años en una preocupación cada vez mayor para los expertos y en el objeto de numerosos estudios.
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La prestigiosa serie documental 'Panorama' de la cadena BBC dedica precisamente su último episodio a esa cuestión: ¿hasta dónde puede llegar la dependencia de plataformas como Facebook, Twitter o Instagram? Y las conclusiones que alcanza basándose en el testimonio de varias figuras relevantes del sector resultan alarmantes.
Aza Raskin, un reconocido diseñador de interfaz y antiguo jefe creativo de Firefox, compara directamente el poder de adicción de esas plataforma con el de drogas como la cocaína.
"Eso es lo que consigue que siempre regreses, una y otra vez, una y otra vez... Detrás de cada interfaz o pantalla nueva a la que accedes desde tu móvil, hay literalmente unos mil ingenieros trabajando para lograr que sea lo más adictiva posible", asegura en su intervención Aza, que por otra parte ha jugado un papel clave a la hora de conseguir que las personas pasen horas y horas revisando sus perfiles sociales al desarrollar una herramienta como el 'infinitive scrolling'. Básicamente, su diseño permite navegar por nuestras redes sociales sin la necesidad de presionar el botón para pasar a la siguiente página de resultados o publicaciones.
"Si nunca le das a tu cerebro la oportunidad de adelantarse al impulso [de seguir bajando por la pantalla], entonces sencillamente sigues deslizando el dedo o el ratón", explica acerca de la clave del éxito de su invento.
Otro de los entrevistados, Sandy Parakilas -ex director de operaciones de Facebook-, admite que tras abandona la compañía le resultó muy duro renunciar al uso de la red social.
"Las redes sociales se parecen mucho a una máquina tragaperras. En mi caso, tuve la sensación de estar renunciando a un vicio como el tabaco. No se me escapa que se trataba de un producto adictivo, que fomentaba un hábito de consumo. Se trata de un negocio diseñado para atraerte y consumir el mayor tiempo posible de tu vida, y mientras tanto vender esa atención que le presta a anunciantes", resume Parakilas.