Y… se abrió la puerta de la paz
La abrió el presidente Santos. Lo siguieron Rodrigo Londoño, y otros presidentes del mundo que lo acompañaron en la firma de la paz en Cartagena.
Colombia
Se abrió la puerta. El presidente Juan Manuel Santos introdujo la llave simbólica y abrió paso a la paz. Así ingresó el mandatario de los colombianos al patio trasero del Centro de Convenciones de Cartagena, donde una mancha blanca de más de dos mil invitados, 16 presidentes, 27 cancilleres, 1.200 periodistas, entre otros asistentes internacionales, le esperaban.
Santos- acompañado de una niña de color- apareció de blanco en medio del público. Detrás, los invitados especiales: presidentes, cancilleres y el Rey Juan Carlos de España.
En ese orden, el equipo negociador de paz. Humberto de La Calle, de pantalón negro, camisa blanca, hizo su aparición en medio de un auditorio que lo aplaudió sostenidamente en gesto de agradecimiento. Después arribaron a la tarima los miembros de las Farc, entre ellos, Rodrigo Londoño, jefe máximo de las Farc.
La banda musical Baranoa interpretó el Himno Nacional de la República y después la agrupación Alabaoras de Boyacá, víctimas de las Farc, se lucieron en escenario.
Era la primera vez que vestían de blanco porque llevaban decenas de años cubriendo su cuerpo de luto. Hijos, esposos, parientes, fueron masacrados por una guerrilla que este lunes, 52 años después de conflicto, con 267.231 muertos, le dijo no más a la guerra.
"A la María, A la paz…Queremos justicia y paz… pa’ que llegue a nuestros campos salud y educación… Santa María…Danos la paz”, cantaban las mujeres de piel oscura, mientras en el patio del Centro de Convenciones se escuchaba un silencio sepulcral.
El paso siguiente: la firma de la paz. ‘Timochenko’, después de un tropezón cruzó desde su silla a la mesa principal, tomó con su mano el balígrafo y plasmó su firma.
Juan Manuel Santos hizo lo mismo y el público aplaudió.
Era una de las pocas veces que Santos y el máximo jefe de las Farc estaban frente a frente, un momento tenso, suficiente para que el mandatario se despojara de su paloma de la paz y se la entregara a Rodrigo Londoño (Timochenko), quien se la colocó en el bolsillo izquierdo de su camisa guayabera.
Los discursos vinieron después. Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, el primero en tomar la palabra. Lo siguió el el mayor jefe de las Farc y posteriormente el presidente Santos.
Mientras los actos protocolarios avanzaban cinco aviones (por las cinco décadas de guerra) Calima T-90 sobrevolaban a 230 kilómetros por hora el cielo cartagenero esparciendo humo tricolor y blanco.