Arranca innovación financiera para impulsar economía verde en el país

Este proyecto se enmarca dentro de las estrategias de productos y servicios verdes, y análisis de riesgos sociales y ambientales que hacen parte del plan de trabajo de largo plazo establecido en el Protocolo Verde.

Está lista la segunda fase de los proyectos pilotos de innovación financiera para el crecimiento verde, una iniciativa que busca promover la inversión privada en cambio climático a través de alianzas entre los empresarios, el sector público y el financiero. El programa busca el diseño e implementación de esquemas innovadores de colaboración público privada para promover el financiamiento para el desarrollo sostenible.

Uno de los principales retos de esta iniciativa es lograr que los sectores productivos y los agentes privados se involucren para transformar la economía colombiana en una economía verde.

La iniciativa, liderada por Asobancaria y que cuenta con el apoyo del Comité de Gestión Financiera del Sistema Nacional de Cambio Climático y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, busca generar esquemas innovadores de financiación que den respuesta a dos propósitos: atender prioridades específicas de política pública y aprovechar oportunidades de negocio e inversión sostenible.

“El cambio climático es una oportunidad para transformar la forma como concebimos nuestra economía, nuestro crecimiento, nuestro desarrollo económico y social”, señaló Rodrigo Suárez, director de la Dirección de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente.

En la primera fase, que fue la de diagnóstico, se identificaron aspectos técnicos relacionados con las tendencias de inversión de los sectores priorizados: vivienda y construcción, transporte, energía, minería, sector agropecuario y el de agua. Adicionalmente, se realizó una aproximación con respecto a cuáles son los factores que influyen en la movilización de esas inversiones, para establecer cuáles son las condiciones mínimas que se requieren para promover un desarrollo bajo en carbono, con mayor capacidad adaptativa, y también, para generar confianza y encontrar nuevas formas de crear y trabajar conjuntamente entre el sector financiero, el gobierno, los sectores productivos y agentes privados.

Esta segunda fase de los pilotos, que se llevó a cabo en el club El Nogal de Bogotá, se propuso fortalecer los resultados obtenidos en la fase de diagnóstico y además, integrar a otros grupos de interés principalmente del sector privado y de los sectores productivos para que fortalezcan y consoliden este espacio de trabajo.

Para alcanzar las metas que se ha planteado el proyecto, se requiere contar con información que fortalezca los sistemas de medición, reporte, monitoreo y verificación. En este sentido, si bien varias empresas del sector privado han avanzado en la tarea de medir sus emisiones, todavía es necesario fortalecer a las pequeñas y medianas empresas, para que ello se traduzca en mayor crecimiento y desarrollo económico y social con sostenibilidad. 

El país se comprometió a nivel internacional no sólo a reducir sus emisiones de carbono en un 20%, sino también a avanzar en una mayor adaptación, “y por ello, iniciativas como esta pueden contribuir a mejorar la forma como nos comunicamos entre los sectores público y privado, y así, cumplir con las metas propuestas, sin que esto signifique una carga para los sectores; sino todo lo contrario: una oportunidad para cambiar nuestra forma de concebir nuestro desarrollo”, explicó Rodrigo Suárez.