La Iglesia Católica de Cali se avergüenza de actos de acoso o abuso sexual
A través de un comunicado el arzobispo de Cali Darío de Jesús Monsalve, se pronunció ante la denuncia de abuso por parte de un sacerdote
Cali
A través de un comunicado firmado por el arzobispo de Cali Monseñor Darío de Jesús Monsalve, la Iglesia Católica en Cali se pronunció acerca de la medida de aseguramiento en contra de un sacerdote de 73 años, señalado de abusar sexualmente de una niña de 13 años, dictada por un juez.
En el comunicado la iglesia como institución reconoce la obligación de velar por el cuidado de los niños:
“La protección de menores acosados o abusados sexualmente, es una obligación ineludible para el conjunto de la sociedad, de sus instituciones y del Estado.
La Iglesia católica, en cada territorio y en la Arquidiócesis de Cali, viene priorizando y garantizando acciones contundentes, que proporcionen prevención, protección, verdad, justicia, reparación y no repetición y el adecuado acompañamiento a las víctimas y su entorno familiar”.
El arzobispo hizo énfasis en que todo aquel que trabaje con la iglesia debe ser confiable: “Hacer de los ministros y servidores de la Iglesia personas coherentes y confiables, a la vez que recuperar la credibilidad y confianza de todos, en este y en los demás aspectos de nuestra relación y misión social propias, es compromiso desde el Papa hasta el más humilde colaborador nuestro”.
Y reconoció un sentimiento de vergüenza y repudio: “Como Arquidiócesis de Cali sentimos, institucional y comunitariamente, VERGÜENZA Y REPUDIO por cada caso que se presenta, enmarcando estos sentimientos en los valores, normas y salvaguardas pertinentes”.
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El arzobispo concluye el comunicado asumiendo que como iglesia están haciendo un seguimiento al caso y apoyando a la familia de la víctima:
“Actualmente, hacemos seguimiento y brindamos todo nuestro apoyo a las autoridades, a la víctima, a su familia y comunidad parroquial afectadas, en el caso que recientemente abrió el juez 12 penal de Cali.
Hemos asumido, igualmente, las decisiones de rigor canónico y de respeto procedimental, con la persona acusada como responsable de estas conductas, omitiendo, como lo hacen aún las mismas autoridades civiles, nombres que estigmaticen y causen más daño a los involucrados en la apertura de la causa, mientras se establecen debidamente dichos cargos.
Entre hechos y derechos, protejamos la verdad como principio hacia la restauración de la dignidad vulnerada”.