Hasta El Guáimaro, Duque llegó prometiendo paz

Tarazá, Antioquia, Colombia

A pesar de las continuas promesas de que las autoridades de pacificar su territorio, en años donde continuamente han ocurrido desplazamientos, homicidios, enfrentamientos entre bandas criminales y amenazas a las familias campesinas; el fin de semana fue uno de los más duros para la comunidad del corregimiento El Guáimaro, del municipio de Tarazá, el bajo Cauca de Antioquia. Delincuentes llegaron al corregimiento, asesinaron a tres personas, entre ellos dos jóvenes de menos de 20 años, obligaron a desplazarse a los 10 profesores del colegio rural, que se preparaban para iniciar el año escolar y querían reclutar algunos menores; horas después también asesinaron a otra persona a las afueras del centro poblado.

Hasta esta vereda, a 45 minutos en carretera destapada llegó el presidente de la república, Iván Duque Márquez, prometiendo que con los cinco mil uniformados que tiene el Comando de Tarea Conjunta van a lograr eliminar a los caparros, el clan del golfo, el ELN y las disidencias, que se disputan el corredor estratégico de salida de estupefacientes, hacia las costas de Urabá, Córdoba y el río Magdalena.

Allí el presidente pudo ver a los ojos a las familias que aún lloran a sus seres queridos asesinados, a los que no se atreven a abrir las puertas de sus casas y a los que decidieron llevar sus hijos a otros lugar, para evitar que las estructuras armadas los recluten. En el corregimiento las familias le comunicaron sus necesidades, no solo en seguridad sino en desarrollo económico, en poder sacar los productos, en infraestructura y en apoyo social.

“Muchas familias consternadas porque en estos últimos días ustedes vieron bandidos, delincuentes, criminales, que vinieron a intimidarlos, que vinieron a perseguir jóvenes, que los privaron de su libertad y de su vida; y les arrebataron a muchos de ustedes sus seres queridos. Yo quiero que aquí nos comprometamos que la fuerza pública garantice la presencia”, aseguró ante la comunidad del presidente Duque.

El alcalde del municipio de Tarazá, Héctor Giraldo, aseguró que el dolor sigue entre la comunidad, que en medio de banderas, camisas y globos blancos despidieron a sus amigos, familiares y compañeros, pero que ven con esperanza las promesas en sitio del presidente de la república.

Por su parte el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria Correa, insistió que llegaran los proyectos productivos, como alternativa real al ingreso de jóvenes a las estructuras armadas y que se generará un dialogo permanente para avanzar en las soluciones de las necesidades de estas familias.

“Proponer que la próxima semana, alcalde usted nos acompañe con unos representantes de la comunidad, unos seis representantes de la comunidad, para mantener el dialogo y buscar proyectos en común”, señaló el gobernador.

Siguen los hechos de orden público

Aunque el lunes, 21 de enero, el mismo presidente encabezó un consejo de seguridad, en el Batallón Rifles del municipio de Caucasia, al tiempo fueron asesinados dos personas en esta localidad; mientras se reportó el desplazamiento de 30 familias de una zona rural del municipio de Cáceres; una localidad fantasma, porque en las calles de este pueblo, a orillas del río Cauca, nadie sale, el comercio no abre puertas y hasta las misas se han visto solas, por la presencia de bandas criminales.

En el consejo de seguridad el secretario de gobierno de Antioquia, Luis Fernando Suárez Vélez, aseguró que hay un compromiso de trabajo conjunto del gobierno nacional, las fuerzas militares y la gobernación de Antioquia en los proyectos de zona futuro: “Aquí hay grandes proyectos para la cohesión social. Hay cerca de cinco mil hombres que hacen presencia y avanzaremos en los procesos de judicialización y la desarticulación de estructuras criminales”.