En los zapatos de un fabricante y vendedor de tamales en Bogotá

Uno de los tamales más conocidos en Bogotá es el tamal del Gordo, se trata de un hombre que se llama Desiderio Ramírez oriundo del municipio del Guamo (Tolima) quien hace 28 años llegó a la capital a vender tamales en una esquina del barrio Claret en el sur de la ciudad.

Si bien sólo en Colombia hay por lo menos 500 variaciones del tamal, los tamales tolimenses son de los que más se conocen y se consumen en el país. Se hace con masa de arroz, arveja, cebolla, zanahoria, pollo y cerdo. Se puede mezclar con lechona para el tamal conocido como volteado.

"En horas de la tarde tipo cuatro comienza la producción de los tamales, se alistan las hojas de plátano, se hace la cocción de los ingredientes, se envuelven los tamales y se pasan a reposo y almacenamiento para servirlos frescos durante la mañana del día siguiente", explica Juan Manuel Ramírez, sobrino de Desiderio El Gordo.

En todo el negocio hay alrededor de 20 empleados que se distribuyen entre la producción y la venta de los tamales. Si bien, algunos ya tienen su clientela fija, la venta de este plato se facilita dada la preferencia de los bogotanos por este tradicional alimento.

En un día normal El Gordo vende entre 500 y 800 tamales, en un mes como diciembre puede vender hasta 3000, genera empleo para alrededor 20 personas e indirecto para otras 50.

Para comenzar en el negocio hay que madrugar a las cuatro de la mañana, sacar la olla, comenzar a vender durante toda la mañana, hay tamales de diferentes precios según los ingredientes que tenga. Desde el de 2800 pesos con solo pollo y zanahoria hasta el navideño que tiene gallina, cerdo, huevo y zanahoria.

Expertos historiadores de la cocina tradicional latinoamericana dicen que el tamal es el plato que representa nuestro mestizaje y el sabor criollo de nuestros alimentos.