Economía

Un 'dolor de cabeza' llamado Electricaribe

A lo largo de 2016 la región Atlántica enfrentó amenazas de racionamiento, deficiente servicio y, en ocasiones, el cobro por algo que no se prestó, según denuncia de los usuarios.

Marchas a lo largo del año contra precario servicio de Electricaribe

Marchas a lo largo del año contra precario servicio de Electricaribe (Foto: Colprensa)

Barranquilla

Cuando en el pasado mes marzo la Región Caribe se encontraba atemorizada ante la amenaza de un ‘apagón’ que haría revivir lo ocurrido a principios de los años 90, hubo un ciudadano que no se desvelaba por el asunto.

Hugo Serrano, un ingeniero electrónico samario de nacimiento pero barranquillero de corazón –como él mismo se describe-, vio venir a lo lejos el fantasma del racionamiento y decidió prepararse. La apuesta era arriesgada e inédita. En su cabeza rondaba hacía rato la idea de que la energía en su casa fuese 100% renovable, así que decidió instalar un sistema de paneles solares que absorbieran la luz del sol y la transformaran en energía eléctrica.

Hugo Serrano cuenta que los paneles solares, cuya instalación puede costar 40 millones de pesos, abastecen la demanda de energía de su casa. Solo recuerda un incidente que lo obligó a reducir el consumo durante algunos días de lluvia en los que no salió el sol.

Desafortudamente no todos cuentan con el ingenio o los recursos de Hugo Serrano para apostarle de lleno a la energía renovable. Un alto porcentaje de los usuarios de Electricaribe aún padecen por las fallas en el servicio. Cada día crecen aparecen más denuncias que hacen pensar que se necesita otro operador.

LA INTERVENCIÓN

Superintendente de Servicios Públicos, José Miguel Mendoza

Hace un mes, el Gobierno tomó la decisión de intervenir la empresa, misión que encomendó a la Superintendencia de Servicios Públicos en cabeza de José Miguel Mendoza. Desde entonces, una de las inquietudes de la opinión pública está relacionada con que la posibilidad de que la empresa sea liquidada

Mientras funcionarios de la Superservicios se tomaban las sedes de Electricaribe en la región, se llevaba a cabo una reunión en la que se decidió reemplazar a la Junta Directiva de la empresa y nombrar a Edgardo Sojo como nuevo presidente. Luego de su nombramiento, una de sus primeras declaraciones fue hacer un llamado a la calma a la opinión pública.

El director de la Federación Nacional de Departamentos, Amylkar Acosta Medina, explicó que ante la crisis de Electricaribe “no quedaba otro camino que la intervención”.

Paralelo a eso, una sombra de escepticismo arropaba a los usuarios, pues el servicio seguía con sus habituales fallas. Por su parte, los gobernadores del Caribe, luego de una reunión, anunciaron su respaldo a la intervención. Uno de los principales voceros fue el mandatario del Atlántico, Eduardo Verano.

Consciente de que el apoyo de la ciudadanía era “crucial”, el superintendente José Miguel Mendoza aseguró que uno de los motivos de la intervención es que los usuarios dejaran de ver a Electricaribe como una empresa arrogante y distante.

¿ERA LA SOLUCIÓN?

Pero William Mercado, especialista en temas relacionados a la energía eléctrica, se desmarcó del respaldo unánime de los gobernadores a la intervención de Electricaribe. Para él, el verdadero problema de Electricaribe no se soluciona con la intervención. “No entiendo cómo podría entrar otro operador con esas redes obsoletas”, dijo.

Días atrás, la empresa sorprendió con sendas cartas a más de 300 clientes no regulados avisándoles que buscaran otro proveedor, pues Electricaribe no se encontraba en capacidad de seguir prestándole el servicio.

La decisión cayó como un baldado de agua fría entre una opinión pública estupefacta que se preguntaba cómo sobreviviría la empresa sin los $70.000 millones de pesos mensuales que esos clientes no regulados dejan en sus arcas.

Teniendo en cuenta el impacto económico negativo de esta medida en las resquebrajadas finanzas de Electricaribe, sectores que inicialmente se mostraron a favor de la intervención cuestionaros a la empresa por no retener a los clientes no regulados.

Amylkar Acosta dijo que la “estabilidad financiera de Electricaribe estaba en riesgo” si dejaba perder a los clientes no regulados.

Rápidamente, el gobernador del Atlántico le quitó leña al fuego y explicó que esa medida era de carácter transitorio. “Estas medidas no son definitivas”, afirmó.

TUTELAS POR SALARIOS

No bien se había terminado de conjurar esta crisis cuando un grupo de pensionados de Electricaribe interpuso una serie de tutelas para exigir reajustes salariales que, según ellos, estaban congelados desde el año 2000.

Esto ameritó unas declaraciones de la Superintendencia de Servicios aclarando que los pagos de los trabajadores activos y de los pensionados no estaban en riesgo.

Actualmente, quienes manejan la empresa se debaten entre devolvérsela a sus dueños o liquidarla. Esta decisión se conocerá en marzo. Mientras tanto, Gas Natural Fenosa, matriz de Electricaribe, calificó la intervención como ilegal e interpuso un recurso ante la Superintendencia de Servicios Públicos, paso previo para entablar una demanda contra el Estado colombiano ante el Banco Mundial.

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