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Alex Flórez celebra 30 años de trayectoria como músico y percusionista

Esta es la historia de un músico que ha hecho de la percusión una forma de vida

Alex Flórez celebra 30 años de trayectoria como músico y percusionista

Alex Flórez celebra 30 años de trayectoria como músico y percusionista

Maracaibo lo vio nacer. El ritmo lo eligió y desde entonces, Alex Flórez no ha parado. A punto de celebrar tres décadas de carrera artística, este baterista, percusionista, educador y productor venezolano reflexiona sobre un camino forjado a puro pulso, entre escenarios, estudios de grabación, aulas y fronteras culturales.

Flórez no solo ha tocado con los grandes. Ha creado, enseñado, innovado. Su sello no es un solo ritmo, sino una visión integral de la música como arte, lenguaje, disciplina y puente humano. Esta es la historia de un músico que ha hecho de la percusión una forma de vida.

El tambor como destino

“Mi inclinación por la música no fue una decisión, fue una necesidad interior”, dice Alex con la seguridad de quien sabe que su camino estaba escrito entre golpes de tambor. Nacido en la capital del Zulia, su infancia transcurrió entre gaitas de furro, devoción a la Virgen de Chiquinquirá y una sonoridad que se respiraba en el aire.

A los 12 años comenzó a estudiar formalmente percusión. Para los 16, ya era músico profesional. Desde entonces, su vida se dividió entre escenarios nacionales con agrupaciones como Tecupae y Los Pelaos, y una labor educativa en instituciones como World Music, representantes de Yamaha en Venezuela, donde dirigió el Departamento de Percusión.

Pero lo suyo siempre fue ir más allá del deber. Publicó libros para el aprendizaje rítmico, dictó talleres en distintos países, y comenzó a construir un lenguaje propio dentro del vasto universo de los instrumentos de percusión.

Un arsenal de tambores, un solo cuerpo

Flórez no elige un solo instrumento. Prefiere hablar de conexión. Para él, todo depende del género y del contexto: “Cada instrumento tiene su magia. No es solo técnica, es saber lo que la música necesita”.

Desde el bongó para los sones cubanos, hasta las tumbadoras para la salsa brava, pasando por la güira en el merengue, el timbal en fusiones latinas o la batería en contextos más amplios como el funk o el pop, Alex encuentra en cada uno una nueva forma de hablar y de escuchar.

Pero su versatilidad va más allá de la ejecución. También es productor audiovisual, editor técnico, y formador. Disfruta el escenario tanto como la postproducción en estudio. “Son dos mundos que se complementan: uno es pura energía, el otro es precisión”, explica.

Un explorador de lo rítmico

Lo que diferencia a Flórez no es solo su dominio instrumental, sino su enfoque integral. Su formación en ingeniería industrial le aportó una visión analítica, sistemática. Su curiosidad innata lo llevó a estudiar ritmos afrovenezolanos, cubanos, caribeños y afrocolombianos. Incluso se sumergió en el complejo universo del tambor Batá, un instrumento ceremonial yoruba cuya ejecución exige entrega total.

En su paso por Colombia, no solo participó en festivales y talleres: se integró a su riqueza rítmica, colaborando con artistas como Grupo Niche, Jorge Celedón o Jessie Uribe. En 2017, grabó la producción Pregón Pal Monte con la agrupación Kuisitambó, nominada al Grammy. Su aporte fue tan determinante que reestructuró partes vocales y percutivas del tema central para integrar con coherencia los sagrados Batá.

Logros que marcan camino

Entre sus hitos más destacados, Alex menciona su rol como director de percusión en World Music, sus años de giras con Tecupae, su participación en Salsafónico —junto al maestro Robert Vilera, José Alberto “El Canario” y la Orquesta Filarmónica de Miami— y su colaboración con la comunidad internacional DrumTalk TV, donde sus publicaciones fueron reconocidas por miles de bateristas de todo el mundo.

En 2023, alcanzó un nuevo peldaño al integrarse a Gon Bops, una de las marcas más prestigiosas de instrumentos de percusión, compartiendo espacio con leyendas como Luisito Quintero y Alex Acuña. “Es un reconocimiento a la constancia, pero también una nueva puerta hacia lo global”, comenta.

El hombre detrás del músico

Flórez se define como alguien sensible, metódico y en constante evolución. Su perfil técnico —alimentado por su formación en ingeniería— se combina con una mirada profunda sobre la música como energía, vibración y conciencia. “Todo vibra. La música no es solo sonido, es un canal para sanar, para conectar con lo invisible”, afirma.

Su habilidad no solo está en tocar. Está en transmitir. Tiene la capacidad de traducir lo complejo en claridad, lo intuitivo en estructura. De ahí su éxito como educador y creador de contenidos formativos.

Más allá del virtuosismo

A lo largo de 30 años de carrera, Alex Flórez ha construido algo más que una hoja de vida impresionante. Ha tejido una trayectoria coherente, profunda, diversa. No se ha limitado a ejecutar: ha investigado, enseñado, creado. Ha unido tradición y vanguardia, arte y ciencia, técnica y emoción. Su compromiso con la música va más allá del aplauso. “La música no es una vitrina. Es una responsabilidad”, afirma con contundencia. Y esa ética artística, sostenida a lo largo del tiempo, es lo que verdaderamente lo diferencia.

Hoy, al borde de celebrar tres décadas en el mundo de la música, Flórez no habla de culminaciones, sino de expansión. Planea nuevas publicaciones, colaboraciones internacionales, y una serie de proyectos educativos que integren tecnología, identidad cultural y desarrollo humano.

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