Resuelto el misterio de un agujero gigante en la Antártida
Una rara abertura de agua en mitad de la Antártida apareció por primera vez en 1974. Tras medio siglo de desconcierto, un grupo de investigadores resuelve el origen de este rompecabezas
Un grupo de científicos de la Universidad de Southampton (Inglaterrra) ha podido desentrañar la complicada sucesión de acontecimientos que dieron lugar a un enorme agujero de hielo marino en la Antártida, descubierto por primera vez hace medio siglo.
Grietas en una vasta extensión blanca
La llamada “Maud Rise”, una especie de meseta oceánica o “polinia” el doble de grande de Nueva Jersey, apareció en 2016 y 2017 en mitad del hielo marino de la Antártida. En ese mismo lugar, esta misma grieta también fue avistada en 1974 por primera vez; permaneció visible durante los dos años siguientes hasta que la grieta finalmente se cerró. Esta diferencia de unos cuarenta años motivó a los científicos a investigar sobre su naturaleza, la razón de su formación y otros elementos que condicionaran su mera existencia.
En glaciología, una polinia es un espacio abierto de agua rodeado de hielo marino. Estas áreas suelen aparecer cada año en el hielo marino situado en las zonas costeras de la Antártida, y es poco frecuente o inusual que se formen a cientos de kilómetros de distancia en mar abierto, ya que ahí el mar tiene miles de pies de profundidad.
Combinación de factores
La polina, llamada Maud Rise en honor a la montaña submarina ubicada debajo de ella en el mar de Weddell, había confundido a la comunidad científica durante medio siglo debido a que este tipo de aberturas son poco frecuentes en el océano Antártico y suelen estar asociadas con grandes intercambios de agua y calor. Pero una serie de investigaciones y un estudio final publicado en mayo de 2024 revelaron su origen: una combinación de las corrientes de agua, viento y sal.
En el estudio, publicado por ScienceAdvances, los científicos descubrieron que durante 2017 se produjo un derretimiento temprano del hielo marino debido a una mayor cantidad de calor y de sal. Mediante datos de satélite, flotadores autónomos y modelos computacionales del océano, los investigadores pudieron comprender mejor cómo esta combinación de factores -viento, la geografíca única del fondo marino y las corrientes oceánicas -influyeron en la formación de esta rara abertura.
“Nuestros resultados ilustran cómo las interacciones altamente localizadas entre el viento, el flujo oceánico y la topografía pueden desencadenar la formación de polinias en el océano Austral abierto”, concluye el estudio.
No obstante, los científicos advierten que estas polinias pueden tener un efecto adverso en los océanos y contribuir al aumento del nivel del mar.