Ciencia y medio ambiente

Aumentan posibilidades de encontrar vida en el Sistema Solar: la clave estaría en Júpiter

Los hallazgos del telescopio espacial James Webb han generado gran expectativa en la comunidad científica

Imagen de referencia de Júpiter / Getty Images

Imagen de referencia de Júpiter / Getty Images / MARK GARLICK/SCIENCE PHOTO LIBRA

Se conocieron en los últimos días una serie de observaciones realizada con el telescopio espacial James Webb, las cuales han permitido encontrar dióxido de carbono en Europa, una de las lunas de Júpiter. Cabe recordar que el carbono es un elemento clave para el desarrollo de la vida que hasta el momento no se había detectado en su helada superficie.

De igual manera, la presencia de este elemento confirma que la luna Europa podría ser un firme candidato a ser uno de los pocos lugar en el Sistema Solar que podría albergar vida.

Estudios anteriores

Por otra parte, se conoció que dos equipos analizaron de manera independiente los datos proporcionados por el Webb en su primera vista a la superficie helada de Europa. Para sorpresa de muchos, las conclusiones resultaron ser prácticamente igual.

En el primer escenario, el hallazgo se centra en una región de la luna Europa llamada Tara Regio, donde el hielo de la superficie se ha visto alterado y viene mezclándose con los materiales del océano que tiene debajo durante millones de años. Tomando como base esto, los científicos consideran que el hecho de que el dióxido de carbono no sea estable es una prueba de que se depositó en ella hace relativamente poco, en términos cósmicos.

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“En la Tierra, a la vida le gusta la diversidad química: cuanta más diversidad, mejor. Somos una forma de vida basada en el carbono. Comprender la química del océano de Europa nos ayudará a determinar si es hostil a la vida tal como la conocemos o si podría ser un buen lugar para la vida”, comentó Gerónimo Villanueva, del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA en Greenbelt, en Maryland, EEUU, y autor de otro artículo independiente publicados en la revista Science

Sumado a lo anterior, otro artículo habla sobre las observaciones del carbono que se ha podido apreciar en la superficie de Europa, las cuales proceden del océano.

No hay dudas del poder del telescopio

Los hallazgos han sido producto de un trabajo de campodel espectrógrafo de infrarrojo cercano (NIRSpec) de Webb. Según explicaron desde la Agencia Espacial Europea, este equipo proporciona espectros con resolución de 320 x 320 kilómetros sobre un campo de visión de 3.128 km de diámetro en la superficie, lo que permite a los astrónomos hallar el lugar extracto donde se encuentran las distintas sustancias químicas.

Por esta razón, Webb empleó apenas unos pocos minutos en realizar sus observaciones en Europa, lo que muestra una importante capacidad del telescopio que ha costó cerca de 10.000 millones de dólares. Así las cosas, el plan a futuro es que pueda efectuar otras tres observaciones para tener una imagen más completa de su superficie. Esto permitirá a los investigadores entender mejor la composición del satélite y les dará pistas sobre la posible capacidad de albergar vida de sus océanos.

“Los científicos debaten hasta qué punto el océano de Europa está conectado con su superficie. Creo que esa pregunta ha sido un gran motor de la exploración de Europa”, afirmó Villanueva.

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