Descubren una garra colosal en el desierto de Gobi, ¿qué criatura la usó?

Un equipo de paleontólogos liderado por el científico Yoshitsugu Kobayashi, realizó un impresionante hallazgo en medio del desierto de Gobi en Mongolia que desconcertó a más de uno de los implicados en la excavación.

El lugar es un paraje en el cual se habla de grandes criaturas que recorren las arenas del Gobi, tales como el gusano de la muerte de Mongolia, los guardianes subterráneos y las bestias fantasmales que aparecen como presagios. Pero hace miles de años, los gigantes dinosaurios poblaron el lugar, y dejaron pistas de cómo vivían, lo que permite a los paleontólogos comprender en mejor manera el ecosistema.

Se trata del fósil de un dinosaurio conocido como Duonychus tsogtbaatari, el cual pertenece al grupo de los terizinosaurios, conocido por sus garras largas y cuerpos robustos. Sin embargo, este fósil en específico muestra una característica que rompe con todo lo que se sabía sobre esa especie.

¿Qué se encontró?

El fósil fue encontrado en 2012 durante la construcción de una tubería de agua en Mongolia, lo que resalta cómo incluso actividades humanas pueden llevar a descubrimientos científicos significativos.

A diferencia de otros terizinosaurios, que tienen tres dedos, este solo tenía dos funcionales en cada mano. Lo que lo convierte en el primer hallazgo con estas características, que sugieren que hubo una evolución independiente de la reducción de dedos en diferentes grupos de dinosaurios.

La pérdida del tercer dedo en Duonychus representa un caso de reducción digital convergente, una evolución independiente de la pérdida de un dedo que también se ha observado en al menos otros cuatro linajes de terópodos, incluyendo los tiranosáuridos.

Esto tiene implicaciones importantes para entender cómo la evolución pudo haber moldeado estructuras similares en grupos no emparentados cercanamente, en respuesta a presiones ecológicas o funcionales similares.

Preservación de la garra de forma inédita

Otro aspecto excepcional de este fósil es la preservación tridimensional de una garra completa con su vaina queratinosa. Esto es extremadamente raro en el registro fósil, ya que las vainas de queratina se descomponen fácilmente y rara vez se fosilizan.

Esto revela detalles sobre la morfología y la función de las garras de estos dinosaurios, sugiriendo que este espécimen tenía garras altamente curvadas y funcionales para agarrar la vegetación. Un dato clave para entender el comportamiento alimenticio.

El fósil proviene de la Formación Bayanshiree en el desierto de Gobi, una zona rica en hallazgos paleontológicos. El contexto geológico bien datado (Cenomaniano a Santoniano) permite ubicar a Duonychus con precisión en el tiempo (hace entre 95 y 83 millones de años), lo cual facilita comparaciones evolutivas con otros terizinosaurios y terópodos contemporáneos.

Comparado con otros miembros de la misma formación geológica, como Erlikosaurus, Segnosaurus y Enigmosaurus, Duonychus es de tamaño mediano (unos 260 kg) y posee diferencias anatómicas claras en las vértebras, el húmero, la pelvis y, por supuesto, en la estructura de la mano.

Las grandes garras en terizinosaurios se han interpretado como adaptaciones para “enganchar y atraer” ramas hacia la boca, en un comportamiento que recuerda al de algunos animales herbívoros actuales. La estructura de las garras de Duonychus, incluso con solo dos dedos, apoya esta hipótesis y sugiere que la reducción de dedos no comprometió su capacidad de manipulación. Por el contrario, Duonychus probablemente era un eficiente recolector de vegetación.