Economía personal

La viruela, el enemigo de las tropas en la guerra libertadora

Esa enfermedad ocasionó la muerte de más de 100 soldados en un hospital militar

Bicentenario

Bicentenario(Colprensa / Archivo)

Las condiciones medioambientales, en especial las lluvias, y el poco alimento disponible, hicieron que las tropas libertadoras enfrentaran constantes enfermedades y epidemias. Malaria, gastroenteritis y fiebre amarilla fueron los principales impedimentos para que el ejército de Bolívar, hace 200 años, avanzara en su lucha por la libertad. Según Vladimir Daza, magister en Historia y profesor de la Universidad de Caldas, esos malestares provocaron que en 1655 las tropas se diezmaran hasta en un 47%.

“Durante los siglos XVII y XVIII los ejércitos europeos que llegaron al Caribe sufrieron mucho por la fiebre amarilla producida por el mosquito. Estas enfermedades se expandieron por la movilización de los ejércitos y porque la población no era inmune”, aseguró.

La amenaza más grande fue la viruela, una enfermedad altamente contagiosa, que ocasionó de 1816 a 1817 la muerte de 168 soldados en un hospital militar de Bogotá.

Ante la alta tasa de mortalidad, los hospitales optaron por designar un personal encargado, aislar a los pacientes y prohibir el acceso a la población, no se podía entrar ningún tipo de mercancía, ni salir de los sitios altamente afectados.

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Por supuesto, los problemas de salubridad también afectaban a las tropas que defendían a la corona española: “En 1915, cuando fue tomada una población a las afueras de Santa Marta, el militar a cargo le comunicó al general Pablo Morillo que lo que más teme es a la viruela. No a la guerra sino a la viruela (…) no había ninguna cura, solo buscaban un piadoso sacerdote que les diera consolación”, aseguró.

“La mala alimentación generaba graves problemas gastrointestinales, pues comían alimentos secos que tardaban más en descomponerse; incluso, por ausencia de recursos, se alimentaban de carne en estado de putrefacción”, contó el historiador Daza.

La miel, el aguardiente y las hierbas medicinales sirvieron como tónicos, tratamientos y medicinas para los enfermos. Las tropas no solo tuvieron que enfrentar la guerra, sino también a aquellas amenazas silenciosas, que sin necesidad de hacer un solo disparo fueron capaces de poner fuera de combate a centenares de soldados.

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