En los primeros cinco años tras la muerte de Gabriel García Márquez, sus obras y personalidad lo inmortalizaron. El cine, las letras, el periodismo y los derechos humanos tienen un recuerdo imborrable del Gabo. Instituciones y miles de personas ven en García Márquez un faro en las artes.
Sus manuscritos, cartas y demás documentos permanecen en la Universidad de Texas. Una de su máquinas de escribir, la medalla y diploma del Nobel de Literatura 1.982, están en la Biblioteca Nacional de Colombia mientras el liqui liqui usado para recibir el premio Nobel se expone en el Instituto Caro y Cuervo.