Columna de María Isabel Rueda. Petro: el desafío

Columna de María Isabel Rueda en El TiempoUnos dicen, en defensa de Petro, que no es lo mismo un alcalde culpable de equivocaciones que uno corrupto. Otros, que no hay ninguna diferencia entre una administración podrida y una inepta, porque en ambas modalidades pierden la ciudad y los pobres

Estoy con la segunda. La nulidad de Petro para gobernar equivale a que muchos recursos de Bogotá se hayan perdido en improvisaciones en aseo, en transporte, en salud, en vías, en burocracia, en politiquería, mientras que durante la era de Samuel Moreno la platica se perdía igualmente, pero porque se la llevaban para la casa. Una fórmula era para enriquecer a los corruptos. La de ahora, para amasar un proyecto politiquero personalista

Como dice el economista Santiago Montenegro, Petro “sabía lo que no quería, pero no sabía lo que quería. Esta es una administración con agenda negativa”

Y si el Procurador encuentra que los errores imperdonables de planeación de Petro equivalen a fallas disciplinarias graves, cosa que podría pasar en pocos días, por expresas facultades constitucionales, podrá proceder a destituirlo. Pero la verdad, en el entretanto, estamos jartos de las amenazas de Petro y de sus amigos de que si eso pasa, la “inconformidad del sur de la ciudad ante una acción desproporcionada del Procurador no se dejará esperar”. ¿Cómo así que el derecho de los bogotanos de cualquier estrato a exigir un buen gobierno para su ciudad está supeditado al chantaje de un escenario de insurrección?Es bien sabido que Petro ayudó a Samuel Moreno en sus campañas y luego lo sostuvo en su cargo hasta que se dio cuenta de que jamás lo dejarían acceder a la presidencia del Polo, por las diferencias entre los matices de la izquierda, y ahí rompió con el Partido y se fue a hacer rancho aparte con sus ‘Progresistas’. No fue un acto de heroísmo, o “una feroz batalla contra la corrupción”, como dice León Valencia en Semana, lo que alejó a Petro de los Moreno. Fueron sus ambiciones políticas insatisfechas y frustradas. Luego montó su fachada de héroe. ¿El derecho que piensa enarbolar la izquierda para gobernar algún día es que la desmovilización está por encima del buen gobierno, de la ley y de la vigilancia ciudadana?Incapaz de manejar su nerviosismo por el eventual escenario de su destitución, Petro sale a amenazarnos con la fórmula del 19 de abril, en medio de un incidente en que se discutió si el ganador de las elecciones había sido Misael Pastrana o el general Rojas, abuelo de Samuel Moreno. Según Petro, si eso pasa, nada se notará inmediatamente, pero “las consecuencias históricas serán a profundidad”

Preguntas al alcalde Gustavo Petro: ¿eso qué quiere decir? ¿Si el Procurador lo destituye por inepto, vuelve a la guerrilla? ¿Revive el M-19, funda otro movimiento alzado en armas o se une a alguno ya existente? ¿Organizará a sus pocos o muchos seguidores para que se vuelquen sobre las calles de Bogotá a destruir lo que encuentren a su paso? ¿Qué tipo de ‘barbarie’ provocaría la medida disciplinaria del Procurador, autorizada por la Constitución como instrumento para disciplinar a los elegidos por la democracia? ¿Debemos entender que Petro piensa cobrar su eventual destitución con la estabilidad del país? ¿O con la continuidad del proceso de La Habana? ¿Nos quedaremos los bogotanos presos de Petro con tal de que no inaugure un nuevo ciclo de violencia nacional? ¿Es ese lenguaje el apropiado para el Alcalde de la capital?Que quede claro para todos los que le rinden pleitesía a su “brillantez intelectual”: en un acto de increíble torpeza, no fuimos nosotros, los bogotanos, sino el propio Petro quien salió a recordarnos la existencia y las potenciales amenazas de su pasado guerrillero

Cuando el río suena… Qué ciudad tan light, obsesionada en un mamarracho callejero de Justin Bieber, equivalente masculino de Paris Hilton

María Isabel Rueda