LOS ASTROS CALLAN, PERO LOS ELECTORES NO PARAN DE PREGUNTAR

Los astros no han querido decirles a pitonisas ni adivinos quién será el presidente que los colombianos elegirán en los comicios de mañana, pero las líneas telefónicas de los astrólogos siguen congestionadas con electores que necesitan orientación del más allá para definir su voto.

Los teléfonos de consulta metafísica no paran de sonar y, sólo por una vez en el año, las consultas sobre amores, fortuna y salud han sido desplazadas, para cederle el puesto a las dudas sobre los candidatos Horacio Serpa (liberal) y Andrés Pastrana (conservador).

Aunque los adivinadores se han negado a brindar información sobre el flujo de uso de esas líneas, cifras conocidas por medios de comunicación hablan de por lo menos 15.000 llamadas diarias a cinco números específicos.

Una pitonisa, que pidió a EFE no ser identificada, indicó que casi una de cada cinco llamadas recibidas en estas líneas, que atienden las 24 horas, corresponde a preguntas sobre la segunda vuelta electoral, en la que se decidirá quién será sucesor del presidente Ernesto Samper desde el próximo 7 de agosto.

Los que más datos tienen de los dos aspirantes piden la carta astral de cada uno sin importar el costo de la llamada, de más de dos dólares el minuto.

"Hay muchas posibilidades para ambos, y por eso no queremos pronunciarnos", fue la respuesta de otro adivino de la línea "Puerta Astral" a EFE, para quien "las expectativas son muy grandes para los dos" y, además, "no nos pronunciamos ni en política ni en fútbol".

Los astrólogos son más consultados que las encuestas desde que Mauricio Puerta, asesor de esta especialidad de varias personalidades colombianas, fue el único que predijo el triunfo de Serpa en la primera vuelta del 31 de mayo, a pesar de que los sondeos daban como seguro triunfador a Pastrana.

"Los únicos que estaban confiados del triunfo eran Serpa y el astrólogo (Puerta)", confesó pocos días después a la prensa María Emma Mejía, fórmula vicepresidencial del Partido Liberal.

Puerta tiene una línea que sólo funciona desde teléfonos móviles, pero él se ha retirado con indios de Tierradentro (oeste) en la semana previa a la segunda y definitiva vuelta, y sus colaboradores invitan a no perder el tiempo consultando sobre política y resultados de fútbol, pues no van a obtener nada.

Eso ha sido una verdadera lástima para algunos empleados de la campaña serpista, que en vista de que los más recientes sondeos le dan o empate técnico o una leve ventaja al liberal, no aguantan la ansiedad y quieren saber por adelantado si habrá celebración o llanto en la noche del próximo domingo.

Serpa se alegró por el acertado vaticinio de Puerta, pero calla si ha consultado o no a los astros para saber si será Presidente, lo que sí niega de plano Pastrana, quien prefiere dejar ese asunto en la imagen del "Divino Niño" del barrio bogotano 20 de Julio, del que es firme devoto.

Pastrana, además, prohibió a los empleados de su campaña que dieran datos suyos que pudieren ser usados para adivinaciones, si bien uno que otro (especialmente "otra") se escurre hacia el teléfono a buscar un resultado antes que los demás colombianos.

El preferido de los conservadores es Daniel David Díaz, que lleva un horóscopo en los medios de comunicación y lee el tarot, único que aseguró a EFE que el triunfo será definitivamente de Pastrana porque sus cartas muestran la estrella del éxito al lado del as de oros, mientras Serpa tiene una espada nada favorable.

El internacional Walter Mercado instaló recientemente su línea en Colombia con más de 30 adivinadores, y Gabriela, una de ellas, ha señalado que "se ve bastante lucha" y que "hay posibilidad de que cualquiera pueda llegar", aunque Serpa tendrá ventaja "si el sol entra a su zona antes del 21 (de junio)", día de comicios.

Sacerdotes católicos preguntados por EFE han condenado esas prácticas, a la vez que pastores protestantes han recordado que la Biblia ordena en el Levítico 19,31: "No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos".

"¿Yo qué voy a creer en esos mercachifles", opinó sobre el tema un transeúnte del centro bogotano, mientras otros asintieron con algunas dudas y, los más, coincidieron en citar el adagio: "No hay que creer en brujas, pero de que las hay... las hay"