Este especial está basado en mujeres comunes, lo cual no significa que no sean extraordinarias. Es una forma de destacar las actividades, los roles y la fortaleza de las mujeres que nos rodean cotidianamente, mujeres que, sin estar en la cima del mundo, salvan vidas, deshacen estereotipos e inspiran a la gente.
Salimos a las calles a preguntar qué profesión aparentaban tener estas seis mujeres, y las respuestas nos arrojaron una importante reflexión:
Gabriela se describe como un camaleón. Y es que un día decidió que no iba a tener un solo lugar en el mundo, por eso es socióloga, atleta de alto rendimiento y modelo. Su meta era enorgullecer a su mamá, y ahora también está orgullosa de sí misma. Su nuevo propósito es ser bella, pero no solo físicamente: “Desde que una tenga salud, pueda sonreír y pueda brindar lo bueno de uno al mundo, una puede ser bella”, asegura.
Indira sabe acelerar para llegar a su meta. Y sabe frenar, porque hay que ser prevenida. Día a día lo hace a bordo de un bus de Transmilenio, pero durante años lo ha hecho con su vida. Ama los carros desde que era una niña. La inspira Dwayne Douglas Johnson, ‘La Roca’. Sabe que no debe cohibirse ante las actividades que son tradicionalmente masculinas, porque detrás de volante –o del oficio que sea- las mujeres pueden demostrar de qué están hechas.
Juliana pudo ser astronauta, abogada o actriz, pero es coordinadora de Marketing, y le encanta. Al fin de cuentas, ella no solo se define por su trabajo. Ella es alegría y sonrisa, como sus tatuajes. Ella es carácter. Ella es locura. Ella es claridad. Ella es experimentación. Eso lo saben sus amigos, su familia y sus colegas, todas esas personas que la admiran como profesional, pero que, sobre todo, se deleitan con su manera de ser mujer.
Lina es delantera. Sabe que la vida tiene momentos dulces como el gol, pero agrios como un mal pase. El fútbol está de lleno de altibajos, pero su lema es “Nunca te pares”, al igual que el libro de Phil Knight. Aun así, esa frase no solo la motiva en la cancha, sino en todas las actividades en las que se ha puesto a prueba. Es una mujer tímida, competitiva y con un corazón grande, que hace que sus ojos brillen cada vez que habla de cuatro personas.
María Antonia fue abandonada por sus padres cuando era niña, pero encontró una compañía de la cual no se va a separar nunca: las letras. Hoy en día dicta talleres que permiten a las mujeres conectarse consigo mismas, en El Telar de las palabras, la primera librería femenina de Bogotá. Ella venció su soledad con la lectura y la escritura, se motiva con su trabajo con mujeres, pero también se alimenta de la energía masculina de su esposo, que “encauza ríos” y le brinda serenidad.
Un día Mariana quiso ser modelo Plus Size y, a pesar de tener la talla, no clasificó por la estatura. Otro día fue encasillada por ser colombiana y tener apellido Escovar. En otra ocasión, se sintió mal por no tener el físico que se espera de una Comunicadora. Fue así como Mariana supo que los estereotipos siempre iban a existir, pero no la iban a frenar. El objetivo de esta mujer es impactar a la sociedad con su información. Para cumplir ese sueño, su talla, su apellido y su físico son más que perfectos.
