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La Comisaría de Familia Cáceres también padece la guerra

Advierte que las familias no solo necesitan plata, también afecto y atención integral.

La Comisaría de Familia Cáceres también padece la guerra

La Comisaría de Familia Cáceres también padece la guerra / Caracol Radio

Antioquia

Con las informaciones que recibe con frecuencia, la Comisaría de Familia de Cáceres ha detectado que cuando los menores de edad sufren la pérdida del padre o de la madre, porque son asesinados, la mayoría de los casos, estos muchachos se alejan de las aulas, o se desescolarizan, como se conoce esta deserción escolar.

Según ese despacho oficial, esto ha sido corroborado a través de seguimientos que se aplica a la familia víctima, cuyo entorno o condición sociológica demanda una urgente intervención especializada. Se trata de un diagnóstico, similar al que vive su similar de Tarazá, donde los recursos humanos, técnicos y financieros de la Comisaría de Familia son insuficientes para la gran cantidad de personas que demandan o necesitan atención: niños, mujeres y adultos mayores.

En Cáceres, como en Tarazá, también es notorio el trabajo infantil entre los hombres, mientras que las niñas o mujeres en edad temprana, menores de edad, se dedican al servicio doméstico. Son ellas las que generalmente asumen el papel de la madre, mientras esta sale a trabajar y a conseguir el sustento diario y los demás gastos para la familia, que casi siempre es numerosa.

Pero, según Anikarina Rocha, Comisaria de Familia de Cáceres, el patrón que sí se repite es el desequilibrio emocional de los niños y adolescentes.

Menores testigos de homicidios

Tuvimos un caso aquí en el municipio de Cáceres: fue asesinado un menor de edad en presencia de su hermanito, otro menor de edad, de siete u ocho años. Lo trajeron a la comisaría para que se le hiciera intervención con el sicólogo porque él se levantaba en las noches gritando, y casi no podía dormir. Se le hizo el procedimiento para tratar de que él volviera a su vida (normal)”, relató la señora Rocha, a Caracol Radio, en su despacho.

A la mayoría de los habitantes que salen desplazados de este pueblo, que han sido muchos, la oficina de la comisaría les pierde el rastro, y la Unidad para la Atención a Víctimas se encarga de mantener ese acompañamiento, e incluso lo hacen cuando muchas de estas personas abandonan, no solo el municipio, sino hasta el departamento de Antioquia.

Viudas y huérfanos, sin acompañamiento

Creo que nos hace falta hacer mucho más; nos hace falta más acompañamiento, seguimiento, porque lo hacemos hasta cuando hacemos el restablecimiento de derechos. Pero a esos niños que uno no conoce no se les hace absolutamente nada. Entonces, sabemos cuántos muertos tenemos, pero no sabemos qué ha pasado con sus hijos. Creo que desde la institucionalidad sí se podrían hacer otras acciones.”, reconoció la funcionaria municipal.

Las viudas tampoco tienen ese acompañamiento; se quedan solas con el dolor, con la responsabilidad y la incertidumbre. El hospital no tiene psicólogo, y les tocaría ir hasta Caucasia, pero ante la situación económica prefieren invertir los pocos pesos en comida para sus pequeños que gastarlo en pasajes para recibir esa ayuda sicológica.

Y la comisaria Anikarina Rocha lo describe así: “Lo que yo siento es que ellas (las viudas) se ocupan de su hijo y se olvidan de ellas. Ellas, si traen al niño, le preguntan al sociólogo cómo va el proceso del hijo, pero ella no hace su proceso de duelo, ella lo hace solita. Entonces, hemos tenido un solo caso de una mujer que ha pedido esa ayuda a la comisaría”.

La funcionaria recalcó que el Estado no solo ha abandonado esta población afectada por la violencia, sino también que al resto de la población, incluidos los funcionarios. Sienten que ya no tienen esa tranquilidad para moverse por el territorio, siempre existe el temor de quedar en medio de alguna balacera o en un ataque armado contra alguien.

Creo que (el Estado) nos ha abandonado a todos…en el sentido de que nosotros somos los que estamos viviendo la problemática… nos ha abandonado en el sentido de que nosotros sentimos miedo al salir a la calle y a las diez de la noche todos estamos encerrados en nuestras casas”, denunció la señora Rocha.

Con este panorama y su permanente experiencia de vivir en esa zozobra la comisaria Anikarina Rocha, clamó ante autoridades departamentales y nacionales que envíen un grupo experto en psicología que conozcan el territorio. Argumentó que en algunas ocasiones, los profesionales que llegan solo hacen una intervención por lo alejado de los territorios y, además, no los conocen. Esos recién llegados tampoco tienen sentido de pertenencia por la comunidad.

La Comisaria de Familia de Cáceres recalcó que las familias no solo necesitan plata, también afecto y atención integral.

 

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