Colombia, “el salvavidas” para miles de mujeres y niños extranjeros

El internacionalista y docente de la Universidad Central, Luis Alexander Montero Moncada, manifestó que el panorama de salud y educativo en los departamentos fronterizos del país es muy compleja, especialmente por la situación humanitaria con Venezuela.

Explicó que buena parte de la migración que se registra de ese país “no es solamente por los hombres que ofrecen la posibilidad una mano de obra calificada y económica, sino también familias compuestas”.

Dijo que en caso de las mujeres venezolanas embarazadas, en un número significativo prefieren dar a luz en Colombia porque es la única salida ante la grave crisis del vecino país.

“Tan solo en el 2017 en el 2017 en la región de Norte de Santander se atendieron unos 2.000 partos y eso genera familias disfuncionales”, agregó el experto.

Señaló que este panorama ya está generando hogares disfuncionales y una serie de problemáticas que el Gobierno colombiano tendría que entrar a solucionar como la atención de epidemias y psicológica.

Manifestó que en la zona sur con Ecuador, “se tiene una percepción que las cosas funcionan mejor”. “Aquí la situación no es tan apremiante, hay mejores condiciones en salud y educación”.

“El flujo migratorio no busca una permanencia en el país, pero genera presiones sobre todo en el tema de educación e impacta la cobertura en salud”, añadió.

Frente al tema laboral, explicó que las mujeres no se ven expuestas a unas condiciones deficientes comparadas con la normatividad de Colombia. “Están en el país por un tiempo y regresan a Ecuador, es un flujo muy dinámico”, indicó Montero.

Asimismo, el geógrafo, experto en políticas públicas, Johan Avendaño, coincide en que el tema migratorio venezolano debe ser una preocupación del país, el flujo de ilegalidad en la economía y las enfermedades de los niños por la falta de atención y las madres lactantes.

“Los niños llegan desescolarizados, vienen de una crisis social muy fuerte, algunos con desnutrición, se están esperando auxilios de la comunidad internacional. Pero aquí puede haber un rezago en alfabetización porque tras estas condiciones no podrían terminar sus estudios”, manifestó.

Sin embargo, para el internacionalista, es muy distinta es la situación en la frontera con Brasil, porque no hay una capacidad de respuesta especialmente con las comunidades indígenas.

“Es una de las regiones más olvidadas, no hay control para migración o para contrabando tras su extensión, mucho menos un control para la salud y educación”, explicó el docente.

Dijo que a pesar de los esfuerzos del Gobierno en materia de seguridad, por la extensión del terreno se presentan fallas para lograr un control total del territorio. Sumado a esto, la negativa de algunas comunidades indígenas obstaculiza el acceso a la información de la población infantil que podría estar presentado un sinnúmero de enfermedades.

Otra compleja realidad es la que se registra con Panamá, donde se presume que los niños tras las condiciones económicas, algunos han terminado reclutados por parte de grupos delincuenciales.