Acoso sexual: problemática que invade el arbitraje a nivel mundial
El caso más reciente se presentó en El Salvador, donde la árbitra Vilma Montes denunció al exárbitro Rodolfo Alexander Sibrian.
Acoso sexual: problemática que invade el arbitraje a nivel mundial(Getty Images)
Por José Borda
Recientemente en El Salvador la árbitra Vilma Montes denunció ante la Fiscalía General de la República del país centroamericano, al exárbitro internacional e instructor FIFA de la CONCACAF, Rodolfo Alexander Sibrian, quien ahora trabaja en México, por acoso sexual de modo continuo entre 2014 y 2015; y por "boicotear su carrera luego de su negativa”.
El acoso sexual o coerción de naturaleza sexual y la promesa no deseada o inapropiada de recompensas a cambio de favores sexuales en el fútbol y el arbitraje, son tan antiguos como el deporte y la disciplina mismos.
Esta práctica es frecuente en la mayoría de países del mundo, pues los instructores y, aún más, los que tienen ascendencia internacional, aprovechan su cargo para pedir favores sexuales a cambio de ascensos en la carrera de muchos “árbitros y árbitras”, quienes suelen guardar silencio en el momento en que sucede, por miedo a ser retirados del gremio.
Colombia no es ajeno a estas situaciones, el último caso ocurrió el 19 de enero del año 2012 y correspondió a la denuncia que hizo ante la Fiscalía General de la Nación el árbitro Mauricio Sánchez en contra de Óscar Julián Ruz, Instructor Internacional, por “acoso sexual”, la acusación se encuentra en manos de la justicia colombiana y se encuentra a la espera del fallo.
El acoso sexual es reconocido como falta grave en el Código de Ética de la FIFA, que dice lo inaceptable de las amenazas, promesas de beneficios y presiones asociadas; mientras que, el Código Disciplinario de dicha entidad establece que todas las infracciones disciplinarias de este tipo son perseguibles de oficio; sin embargo, aún no se ha visto el primer caso investigado y fallado por parte de este organismo.
Es de vital importancia que esta mala práctica sea extinguida del arbitraje, y tanto árbitros como árbitras denuncien tales acciones ante los organismos competentes, con el fin de que se dé un castigo ejemplarizante a los agresores y las asociaciones arbitrales no se conviertan en nidos de explotación sexual, donde los instructores de turno se aprovechen para satisfacer sus deseos lujuriosos.
Este es un tema al que deberá prestársele mucha atención, sobre todo en nuestro país, y dar freno a hechos tan reprochables e indignantes.
