Justicia

La DNI y las fichas que se mueven detrás

En la entidad se mantiene un pulso entre militares, policías y civiles por titularidad y protagonismo.

La DNI y las fichas que se mueven detrás

La DNI y las fichas que se mueven detrás / dni.gov.co

Todas las democracias sólidas han optado en los últimos 20 ó 25 años por reorganizar o refundar sus servicios de inteligencia civil, porque cayeron en la politización, porque cayeron en la corrupción, o porque cargaban con el legado de regímenes autoritarios”.

Estas palabras del presidente Juan Manuel Santos en la presentación que en noviembre de 2011 hacía de la recién creada Dirección Nacional de Inteligencia, que reemplazo al liquidado DAS, retumban para quienes las recuerdan ante pulso de la última semana entre su director, el almirante Álvaro Echandía y el saliente jefe del CTI de la Fiscalía, Julián Quintana.

Este almirante de cuatro estrellas, quien fue comandante de la Armada y jefe de Inteligencia y Contrainteligencia Militar Conjunta de las Fuerzas Militares, es uno de los hombres de confianza del presidente Santos desde cuando coincidieron en el ministerio de Defensa.

Su nombre ya estaba escrito en letras de molde mucho antes de que entrara en funcionamiento la DNI, una entidad que desde su origen fue pensada para estar bajo el mando de dos cabezas, el director y el inspector general, obligados a reportar directamente al presidente y sin ningún tipo de subordinación entre los dos.

Para ese momento el nombre del almirante Álvaro Echandía no era desconocido para la opinión pública. Ya hacía dos años que se hablaba de él como uno de los protagonistas del escándalo en que terminó el montaje, como lo definió la Corte Suprema, para frenar el ascenso del almirante Gabriel Arango Bacci de llegar a la comandancia de la Armada.

Lo señalaron de tener vínculos con el narcotráfico, hablaron de sobornos, de recibos de pagos con la huella del oficial que quedó demostrado no provenía de un dedo humano.

El exvicepresidente Francisco Santos señala al almirante Echandía de haberlo utilizado de “gancho ciego” en compañía del entonces comandante de la Armada, Guillermo Barrera, para señalar a Arango Bacci.

Por este caso sólo existe un proceso contra uno de los tres testigos falsos que colaboraron en este montaje: Juvenal Serna Amarís, quien llegó a un acuerdo con la fiscal Alexandra Ladino. El otro testigo Jaime Pérez Charris fue asesinado unos días antes de declarar. De Eyssin Miguel Mattos no se tiene noticia. Aunque existe una orden de captura en su contra, hay quienes aseguran que está muerto.

Al almirante Barrera y al capitán de navío Luis Jorge Tovar Neira a quienes la Corte había pedido investigar, la Procuraduría y la Fiscalía los absolvieron cuatro años después.

Contra el almirante Echandía no se abrió investigación por este caso. Sin embargo, en la fiscalía existen otros tres procesos en su contra que también conocen las Procuradurías 1 – 3 y 4 para la Investigación y Juzgamiento Penal. 

Aunque el reporte señala que la noticia criminal 110016000102201600366-3 está en el despacho del Fiscal General, fuentes de la fiscalía señalaron que esta fue trasladada a la Unidad de Fiscales Delegados ante la Corte. (Ver foto)

En los registros de la Procuraduría contra el director de la DNI figuran 5 expedientes. El más antiguo es de 2009 y el más reciente de 2016. 

Y ¿el inspector general?

El primer Inspector General que tuvo la DNI fue el abogado Juan Carlos Restrepo, actual director de Seguridad. Estuvo en el cargo desde el 22 de diciembre de 2011 hasta el 16 de agosto de 2012.

Mientras se definía el nombre de su reemplazo el presidente Santos encargó a María Lorena Gutiérrez Botero, entonces su mano derecha.

El 11 de septiembre de 2012 asumió como Inspector General, Pedro Agustín Valencia Laserna, un hombre que se dijo le bajó el perfil al cargo. Contario a lo poco interesante que pudiera resultar su hoja de vida, hoy sus vínculos familiares resultan por lo menos altamente curiosos cuando desde el uribismo se acusa al gobierno de haber infiltrado la campaña de Óscar Iván Zuluaga para que perdiera las elecciones presidenciales de 2014.

Este economista de los Andes, que se describe como “comunicador efectivo, con la visión integral y de largo plazo, necesaria para idear y ejecutar soluciones estructuradas y metódicas, pero creativas” es hermano de la senadora del Centro Democrático Paloma Valencia y cuñado del periodista Juan Carlos Pastrana, uno de los mayores críticos del gobierno Santos.

Legalmente la función del Inspector General es la de “asegurar que las actividades de inteligencia y contrainteligencia se desarrollen con eficiencia y eficacia, y en el marco de lo dispuesto en la Constitución y la ley”.

Sin embargo, en el tiempo en que Valencia Laserna estuvo en el cargo fue cuando la DNI pagó por los servicios de hackers como el español, Rafael Revert,, el mismo que entregó el video en el que aparece el entonces candidato presidencial de uribismo, Óscar Iván Zuluaga, en las oficinas del hacker Andrés Sepúlveda, hablando sobre información sensible relacionada con el proceso de paz.

Resulta aún más curioso que entre las víctimas de estos hackers, puntualmente de Daniel Bajaña, está el entonces precandidato presidencial del uribismo, Francisco Santos, a quien le interceptaron irregularmente sus correos entre los meses de mayo – junio – julio y agosto de 2013, cuando se enfrentaba con Óscar Iván Zuluaga.

El exvicepresidente dice que “no le cuadran las cuentas” y que cuando estuvo “chuzado lo hizo la DNI”. Lo que el Centro Democrático no se pregunta es ¿dónde estaba el Inspector General, el hermano de la entonces candidata al senado y ya reconocida como uribista pura sangre Paloma Valencia?

A Pedro Agustín lo reemplaza desde el 23 de diciembre de 2014 Nicolás Urrutia, un analista de defensa, con estudió de Relaciones Internacionales de Stanford y maestría de Ciencia Política de Los Andes.

Otros pulsos

En la dirección de Inteligencia y Contrainteligencia de la DNI, que está en la tercera línea de mando, después del Director y el Inspector General, está el coronel Juan Carlos Rico, un oficial del Ejército que se desenamoró de su institución luego de que no fuera convocado a curso de general, pese a haber hecho parte de la exitosa operación Jaque.

Le antecede la fama de haber planeado y dirigido la operación que devolvió a la libertad después de años de secuestro a Ingrid Betancourt y otros 14 secuestrados, pero quienes conocen la verdad detrás de Jaque recuerdan que fue el suboficial radarista que escuchaba a las farc y otro oficial quienes se atrevieron a proponer la puesta en marcha de este caballo de Troya.

Rico Arenas llegó a la DNI de la mano del almirante Echandía. Entre sus funciones está la de coordinar las subdirecciones Operativas y de Análisis, donde hoy se presenta un divorcio tan profundo que puede poner en riesgo el trabajo secreto y a veces ultrasecreto que realizan más de 60 funcionarios, en su mayoría jóvenes que están lejos de llegar a los 30 años.

Toda misión de la DNI debe cumplir cuatro pasos. El primero, que exista un requerimiento. El segundo, que se realice un trabajo operativo para recolectar la información de fuentes abiertas, humanas o tecnológicas. El tercero, que haya un análisis de esa información que permita identificar riesgos, autores de delitos o potenciales peligros. Y el cuarto, la difusión de ese informe.

La DNI tiene 5 frentes de trabajo: corrupción, terrorismo, organizaciones al margen de la ley, recursos estratégicos y temas internacionales.

Un ejemplo de las misiones que han tenido, sin que el país lo supiera, lo hizo el equipo anti corrupción que le entregó al presidente Santos las pruebas del cartel de la salud que se habría apropiado de cerca de 30 billones de pesos con recobros irregulares al Fosyga.

Al frente de la subdirección operativa, que hasta hoy sigue siendo considerada territorio exclusivo del general Óscar Naranjo, estuvo hasta octubre de 2013 el coronel de la Policía Juan Carlos Nieto Aldana, un oficial de toda la confianza del presidente Santos, a quien con los meses también le delegaron la seguridad de los negociadores en La Habana, que terminaron infiltrando los hackers.

Entre el almirante Echandía y Nieto Aldana eran inocultables las diferencias. El Director no entendía ni aceptaba que el encargado de la subdirección de operaciones, cuatro líneas debajo de su mando, le hablara al oído al Jefe de Estado y que él no tuviera control ni acceso a la información. El pulso lo terminó ganando Echandía. Nieto pidió una comisión y fue enviado a Londres.

Lo reemplazó el coronel Juan Carlos Buitrago, un destacado oficial recientemente llamado a curso de ascenso a general. Su cupo fue uno de los más peleados porque hay sectores de la institución que lo vinculan con el general Luis Gilberto Ramírez Calle, quien en enero de 2016 dejó la seguridad presidencial en medio de los señalamiento de ser el líder de la campaña de desprestigio que le costó el puesto al entonces director de la institución, Rodolfo Palomino.

La subdirección de análisis le fue encomendada a Milena Isabel Patiño Villa, cuya vinculación se hizo a través de una head hunters que la descubrió cuando ella trabajaba en Colciencias como asesora de la dirección de Fomento de Investigación y la dirección Administrativa.

Quienes trabajan o han trabajado con ella la describen como una mujer inteligente, que ha ido aprendido del proceso de inteligencia a donde llegó sin ningún conocimiento, que odia a los uniformados por no ser muy aventajados intelectualmente y a quien le cuestionan una entrevista que dio a La W en 2010, en condición de ex vicerrectora de la institución universitaria ITM, donde reconoció que firmó una conciliación en la notaría 28 de Medellín para destruir las pruebas que tenía sobre una posible red de prostitución que comprometía a docentes.

Escúchelo aquí: Milena Patiño, ex vicerrectora de ITM, instituto investigado por tener una presunta red de prostitución; Eraclio Arenas, notario 28; Augusto López, empresario

Las diferencias entre las subdirecciones se darían, según quienes han participado en los procesos, porque desde análisis reclaman que se entregue toda la información sin haber sido sometida a ningún filtro, lo que a juicio de operaciones constituiría un grave riesgo.

Fuentes que conocen la DNI califican de inexplicable que estas diferencias se hayan profundizado sin que desde la dirección no se hayan adoptado correctivos.

Mientras esto ocurre en el Congreso no se terminan de definir las funciones y la forma de trabajo que tendrá la subcomisión a la que la Dirección Nacional de Inteligencia debería hacer reportes periódicos. Esa comisión hoy la integran los senadores Paola Holguín (Centro Democrático), Jimmy Chamorro (La U), Jaime Durán (Liberal) y Carlos Fernando Galán (Cambio Radical) y los representantes a la Cámara Tatiana Cabello (Centro Democrático), Miguel Ángel Barreto Castillo (Conservador) y Jaime Armando Yepes (La U).

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