Educación

Piedad Bonnett cuestionó actuación de profesor que le envió un trabajo sobre su hijo

La escritora colombiana señaló que puso el caso en conocimiento de la Universidad de los Andes pero allí no se emitieron sanciones.

Piedad Bonnett cuestionó actuación de profesor que le envió un trabajo sobre su hijo

Piedad Bonnett cuestionó actuación de profesor que le envió un trabajo sobre su hijo(Colprensa)

La novelista Piedad Bonnett expresó su inconformismo frente a un trabajo de un estudiante en el que se mencionaba a su hijo Daniel Segura Bonnett, quien se quitó la vida el 14 de mayo de 2011.

Bonnett, escribió en la columna del Espectador, como un profesor de arte de la Universidad de los Andes, le hizo llegar un trabajo, en el que un alumno suyo recordaba a su hijo.

Indicó que según el estudiante su hijo “sufrió la mala fortuna de enseñar en un colegio masculino teniendo una voz algo afeminada. Cada clase, sin falta, se la montábamos y nos reíamos en su cara. Parecía que él no se lo tomaba personal, pero para poder dictar su clase nos tenía que gritar o amenazar con jodernos disciplinariamente”.

Agregó que incluso en esas hojas, se contaba que cuando se enteraron de su suicidio, “sólo podía (el estudiante) pensar en un evento cómico”.

“Según él, mi hijo enfureció, tomó a uno de los muchachos del cuello “y le metió la cabeza debajo de un pupitre repitiéndole en un tono amenazante, pero pasivo, que si no paraba la jodedera no lo iba a soltar”. Pero ellos siguieron riéndose, sobre todo de su cara roja, “probablemente muy similar a la cara roja que vieron quienes pasaban por la calle cuando Daniel se votó (sic) desde su apartamento y dejó pintado el piso de sangre”. La conclusión del estudiante es triunfante: “la cosa fue que nosotros todavía teníamos tiempo para vivir, nosotros no decidimos quitarnos la vida, así que decidimos reír otro rato” escribió Bonnett.

Narró la poeta que “después de limpiarme las lágrimas, y mientras recordaba la bella voz de mi hijo, envié al rector de los Andes, sitio donde trabajé 32 años, una carta donde me quejaba de la falta de empatía —ese sentimiento que nos hace humanos solidarios— de un profesor que tiene en sus manos la formación de jóvenes, y me preguntaba por la razón de enviarle este mensaje a la madre de un muchacho muerto”.

Indicó que solo ocho meses le informaron que un Comité que estudió el caso lo declaró cerrado, después de invitar al profesor “a hacer una reflexión sobre el límite que existe entre lo que él considera público y la sensibilidad de las personas”.

El siguiente artículo se está cargando

Escucha la radioen directo

Caracol Radio
Directo

Tu contenido empezará después de la publicidad

Programación

Ciudades

Elige una ciudad

Compartir

Más acciones

Suscríbete

Tu contenido empezará después de la publicidad