Justicia

Fiscal, lo invito a que persigamos a los que se roban el erario público: Santos

Al posesionar al nuevo fiscal le pidió que le de celeridad a casos estancados como SaludCoop, Caprecom e Interbolsa.

Al posesionar al nuevo fiscal general de la Nación, el presidente Juan Manuel Santos, le dijo que el papel más importante será la lucha contra la corrupción, de esta manera recuperar la confianza de la ciudadanía, por lo que le pidió resultados inmediatos en los casos emblemáticos que se encuentran estancados.

Destrabar los procesos estancados

“¡Que paguen los culpables!... ¡Y que sepan que al pueblo NO se le roba impunemente!”, fue la petición que le hizo el jefe de Estado frente a casos pendientes como los de Saludcoop, Caprecom e Interbolsa, “que siguen estando en la palestra pública sin que sintamos que los responsables hayan respondido, como deben, frente a aquellos a quienes defraudaron”.

Procesos como estos, y otros como los recursos de los Juegos Nacionales en Quibdó e Ibagué, “las zonas más necesitadas, y por eso más robadas, del país”, como La Guajira y el Chocó causan la indignación de los colombianos y deben ser resueltos.

Superar las pugnas y trabajar en armonía

El presidente Santos le dijo al nuevo fiscal Martínez que es necesario superar las peleas, y las diferencias que por años han impedido que los organismos de control trabajen de forma armónica en el país.

“Llevamos varios años ya en que no se ha logrado esta colaboración armónica, como debiera ser, por pugnas y diferencias entre las cabezas de los organismos de control… una situación que esperamos comience a corregirse”, señaló el jefe de Estado.

El papel de la Fiscalía en el posconflicto

Otro de los retos que tendrá el nuevo fiscal general será en el posconflicto, el papel que jugará para recabar información que aporte a los procesos. El presidente Santos advirtió además que deberá hacer seguimiento a la reincidencia que puedan presentar los desmovilizados.

“Será crucial para garantizar que no haya impunidad sobre los delitos de mayor gravedad”, así como deberá trabajar para que “cualquier reincidente, cualquier disidente, cualquier persona que, luego del Acuerdo de Paz, persista en el delito, será perseguido, investigado, juzgado y condenado por la Justicia Ordinaria”, advirtió el mandatario.

Propuestas al nuevo fiscal

La creación de una Unidad Nacional Anticontrabando en la Fiscalía y que se designe un Fiscal Especial para La Guajira, son algunas de las propuestas que “respetuosamente” le hizo el jefe de Estado.

Así mismo anunció que llevará al congreso la propuesta de crear un registro centralizado de los dueños de las compañías, “que agilizará la obtención de información necesaria para luchar con eficacia contra el contrabando, la evasión y el lavado de activos”.

Otros de los desafíos de Martínez

El mandatario le dijo al nuevo Fiscal que deberá además consolidar una nueva “política criminal”, avanzar también en el acceso a la justicia, definir el ‘Plan Decenal de Justicia’.

Confía en que Martínez no usará la Fiscalía como plataforma política para una candidatura presidencial.

“Mi invitación… ¡Pase usted a la historia como el Fiscal de la lucha contra la corrupción!”, con esta frase finalizó su intervención el presidente Santos.

Advertencia sobre el estado actual de la justicia frente a la corrupción

Alertó que de los 1.800 condenados por corrupción desde el 2011, la mitad no ha pagado cárcel una cuarta ha pagado prisión domiciliaria y la otra cuarta parte ha ido a prisión por menos de 30 meses.

Este es el discurso completo del presidente Santos:  

Bogotá, 1º de agosto de 2016

Desde la vigencia de nuestra actual Constitución –que acaba de celebrar sus primeros 25 años–, una de las posiciones más importantes y con una misión de mayor impacto en la sociedad es la de Fiscal General de la Nación.

Del Fiscal depende nada menos que la ejecución de la política criminal del país, es decir, que haya la mayor eficiencia y eficacia en la investigación del delito y la persecución de los delincuentes, con lo que esto significa para la seguridad y la tranquilidad de todos y cada uno de los colombianos.

Por eso hoy me siento muy satisfecho al poder posesionar como cabeza de la Fiscalía General de la Nación a una persona que –como Néstor Humberto Martínez– cuenta con las mejores cualidades para desempeñar este cargo con probidad y con éxito.

El doctor Néstor Humberto fue elegido a través de un procedimiento transparente –desde la nominación de candidatos por la Presidencia hasta su elección por la Corte Suprema–, y tengo la certeza de que será un Fiscal de lujo para Colombia.

Valga resaltar la calidad de los otros miembros de la terna: el exministro Yesid Reyes y la doctora Mónica Cifuentes, dos juristas que compitieron con altura por esta dignidad.

Es casi redundante hablar de la preparación y experiencia de Néstor Humberto Martínez, pues su trayectoria la conoce bien el país.

Un abogado brillante –orgulloso javeriano– que ha trasegado por la vida pública y el ejercicio de su profesión con sello de excelencia.

Fue Superintendente Bancario, miembro de la Junta Directiva del Banco de la República, Ministro de Justicia y el Derecho, Ministro del Interior, Embajador en Francia y –más recientemente– Ministro de la Presidencia, una posición desde la cual me ayudó con su capacidad de trabajo y su consejo siempre oportuno en la difícil y apasionante tarea de gobernar.

Ahora, apreciado Néstor Humberto, llega usted a una entidad desde la cual puede seguir sirviendo a Colombia, y en grado sumo.

Le esperan muchos desafíos, y estoy seguro de que saldrá airoso de ellos, y que podremos colaborar armónicamente –como corresponde– la rama Ejecutiva y la Judicial –en este caso la Fiscalía– para mejorar cada vez más el servicio de justicia a los ciudadanos, y afianzar la seguridad y la tranquilidad en el país.

Déjeme mencionar apenas algunos de ellos…

Tenemos que consolidar una política criminal –y aquí contará con todo el apoyo del Gobierno– en la que sea racional el uso de la pena y la detención preventiva, y en la que el peso de la ley y del castigo recaiga sobre los eslabones más fuertes del crimen.

Hay que avanzar para que el derecho de acceso a la justicia se haga una realidad para todos los colombianos, asegurando la respuesta pronta de la acción penal frente a los diversos delitos que cotidianamente afectan a los ciudadanos, a la gente de a pie.

No hay derecho a que todavía hoy se presenten casos en que en una denuncia por hurto –para dar un ejemplo– pasen meses, o incluso años, antes de que la víctima sea llamada al siguiente paso, que es la ampliación de su denuncia.

Tenemos que recuperar la confianza de la gente en su justicia. Que se sientan acompañados, respaldados, atendidos oportunamente.

Y, sobre todo, que sientan que vale la pena denunciar porque su denuncia tiene efectos, y sirve para capturar y sancionar a los responsables.

Un tercer desafío de su periodo en la Fiscalía, doctor Néstor Humberto, será articular esfuerzos con el Gobierno nacional y con los diversos actores del sistema de justicia para definir el Plan Decenal de Justicia–en cumplimiento del artículo 108 del Plan Nacional de Desarrollo–, con un enfoque dirigido a hacer efectivos los derechos humanos.

Porque la justicia –al fin y al cabo– es eso: es garantizar y proteger los derechos de los colombianos a la vida, a la integridad personal, a la libertad, a la propiedad, al buen nombre, entre otros.

Tendrá usted un reto muy especial –que no ha tenido ningún otro Fiscal y que corresponde al momento tan especial por el que atraviesa nuestro país–: brindar la colaboración necesaria para coordinar la actividad que viene desarrollando la Fiscalía con la futura Justicia Especial para la Paz, en cumplimiento del Acuerdo que se logre en La Habana.

Usted lo ha dicho –y cito sus palabras–: “Ésta será la Fiscalía del posconflicto. Vamos a aclimatar los tiempos de paz, que es el propósito que hoy tiene la Nación entera”.

La contribución de la Fiscalía para recaudar, organizar y entregar a la justicia transicional la información y pruebas sobre los hechos ocurridos con ocasión del conflicto armado, será crucialpara garantizar que NO haya impunidad sobre los delitos de mayor gravedad.

Y algo más: no solo servirá su gestión para que se investigue y juzgue a los responsables de estos delitos por parte de la Jurisdicción Especial de Paz, sino también para que los colombianos sepan que cualquier reincidente, cualquier disidente, cualquier persona que –luego del Acuerdo de Paz– persista en el delito, será perseguido, investigado, juzgado y condenado por la Justicia Ordinaria.

***

Y he dejado para el final un desafío –sobre cuya importancia usted es particularmente consciente– al cual tenemos que hacerle frente con la mayor decisión, si queremos que la paz se traduzca en bienestar y prosperidad para todos.

Se trata de un reto que será esencial en los dos años que quedan de gobierno y en el periodo que se abrirá del posconflicto, y que será para usted –doctor Néstor Humberto– la medida de su éxito.

Me refiero a la lucha contra el flagelo de la CORRUPCIÓN.

Esta es una prioridad del Gobierno y tendrá que ser una prioridad de la Fiscalía, de los órganos de control, y de toda la sociedad.

Así lo hablamos cuando lo postulé –como lo conversé también con los otros juristas ternados–: nuestro enemigo número uno, el enemigo de los colombianos, es LA CORRUPCIÓN.

Ahora que se nos presenta esa gran oportunidad de la paz, lo invito, señor Fiscal General, a quetrabajemos de la mano para combatir a los que roban el erario público, es decir, el futuro de los más pobres y necesitados del país.

Y a que recuperemos esos dineros que los corruptos roban a los ciudadanos.

Hay muchas cosas que estamos haciendo –y que podemos hacer mejor juntos– sobre las que quiero llamar la atención.

En primer lugar, quiero que tenga la seguridad de que puede contar con el Gobierno nacional –y la Secretaría de Transparencia, que usted conoce tan bien– para formar un verdadero equipo, eficaz, contra la corrupción.

La Secretaría genera política pública contra la corrupción, maneja y analiza la información del Observatorio Anticorrupción, y recibe alarmas tempranas sobre posibles fraudes al erario público, y seremos mucho más exitosos si trabajamos juntos.

Y tengo que ser franco: llevamos varios años ya en que no se ha logrado esta colaboración armónica –como debiera ser– por pugnas y diferencias entre las cabezas de los organismos de control que hacen parte de la Comisión Nacional de Moralización, una situación que esperamos comience a corregirse.

El Observatorio Anticorrupción –volviendo a lo que hace la Secretaría de Transparencia–, que fue creado en el año 2011, ha establecido que, desde entonces, se han presentado unas 1.800 sentencias condenatorias por delitos contra la Administración Pública, que, básicamente, son delitos de corrupción.

Pues bien, las conclusiones no son alentadoras.

De los condenados por corrupción en este tiempo, prácticamente la mitad no ha pagado ni un solo día de cárcel.

Una cuarta parte ha recibido el beneficio de detención domiciliaria, y otra cuarta parte sí fue a prisión, pero con un tiempo promedio que NO supera los 30 meses.

El mensaje que esto manda a la sociedad es pésimo, pues nos dice que ser corrupto paga, porque las condenas son suaves o no se cumplen tras las rejas.

Y nos dice que todo el trabajo de la fuerza pública y la justicia NO se está traduciendo en sanciones reales, efectivas, que disuadan a los que piensen en robar dineros públicos

Señor Fiscal: tenemos que revisar el sistema de beneficios por colaboración y las rebajas de penas por diversas causales, para corregir este mensaje a la sociedad.

No hablo de desmontarlo, pero sí de lograr que los corruptos –como debe ser– paguen su conducta antisocial con condenas efectivas y ejemplarizantes.

Es muy importante –en la lucha contra la corrupción y contra todos los delitos– el trabajo conjunto de la Policía, en particular la DIJIN, con la Fiscalía.

Fortalezca usted su entidad, señor Fiscal, que nosotros fortalecemos la DIJIN, y pongámoslas a trabar en armonía para lograr los mejores resultados.

Y una idea que le propongo respetuosamente es que se cree una Unidad Nacional Anticontrabando en la Fiscalía, pues este delito se está convirtiendo en un flagelo mayor contra la economía y contra el empleo, que debemos combatir con todos los medios.

Y necesitamos respuestas, señor Fiscal, ¡urgen respuestas!, en casos emblemáticos que generan –con razón– la indignación de la ciudadanía.

Casos como los de Saludcoop, Caprecom e Interbolsa siguen estando en la palestra pública sin que sintamos que los responsables hayan respondido –como deben– frente a aquellos a quienes defraudaron.

Tenemos que llegar hasta las últimas consecuencias –también– para determinar qué pasó con los recursos de los Juegos Deportivos Nacionales –concretamente en Quibdó e Ibagué–, que no se convirtieron en los escenarios deportivos que esperábamos.

Igualmente, necesitamos del firme apoyo de la Fiscalía para combatir la corrupción en las zonas más necesitadas –y por eso más robadas– del país, como La Guajira; como el Chocó y otras regiones vulnerables de nuestra región Pacífica.

Las zonas más vulnerables del país han sido una prioridad para nuestro gobierno desde el primer día. Nunca antes se había invertido tanto en ellas.

En el caso específico de La Guajira, este departamento seguirá siendo una prioridad –con o sin órdenes judiciales– porque somos conscientes de que necesita de la acción urgente y permanente del Estado y de toda la sociedad.

Acompáñenos, señor Fiscal –junto con el Gobernador encargado y el Secretario de Transparencia– a rescatar a La Guajira de las manos de aquellos que han tenido el atrevimiento de robarse hasta la comida de los niños.

Y le pido, además, teniendo en cuenta la gravedad de la situación, que se designe un Fiscal Especial para La Guajira.

¡Que paguen los culpables! ¡Y que sepan que al pueblo NO se le roba impunemente!

Y valga resaltar que el posconflicto requiere también de una agenda de transparencia que dé tranquilidad a los colombianos sobre su debida implementación

Desde hace un tiempo di instrucciones a la Alta Consejería para el Posconflicto y a la Secretaría de Transparencia de la Presidencia para que trabajen un Plan de Transparencia para el Posconflicto, en el cual será muy valioso el aporte de la Fiscalía.

De hecho, ahora mismo, cuando se debate en La Habana el último punto de la agenda –que es el de la implementación del Acuerdo–, se están discutiendo mecanismos para garantizar la transparencia y la integridad en la etapa del posconflicto.

Por nuestra parte, desde el Gobierno, vamos a poner aún más fichas para profundizar la lucha contra la corrupción…

Vamos a llevar al Congreso un proyecto de ley de protección a los reportantes de hechos de corrupción, para que los ciudadanos denuncien más, y lo hagan con tranquilidad.

Vamos a proponer otra ley –y esta es un fruto de mi participación en la Cumbre Global Anticorrupción de Londres– para crear un registro centralizado de los dueños de las compañías, que agilizará la obtención de información necesaria para luchar con eficacia contra el contrabando, la evasión y el lavado de activos.

Y estamos listos para expedir un decreto que reglamenta –de forma clara y precisa– qué se entiende por persona expuesta políticamente, incluyendo a personas que antes no se consideraban bajo esta condición.

¿Qué significa esto? Que habrá más controles por parte del sistema financiero sobre cualquier actividad sospechosa de personajes que detentan alguna clase de poder, con lo que seremos más efectivos en la lucha contra la corrupción.

Mi invitación, entonces, apreciado doctor Néstor Humberto, es clara, sencilla y categórica, por el bien de Colombia:

¡Pase usted a la historia como el Fiscal de la lucha contra la corrupción!

Con eso, habrá prestado el máximo servicio a la Patria.

Apreciado Fiscal General:

Son muchos –¡muchísimos!– los retos, pero tengo la certeza, porque lo conozco, de que están en manos capaces.

Usted, doctor Néstor Humberto, es un hombre curtido en mil batallas que sabrá liderar una entidad tan importante como la Fiscalía, y lo hará –como corresponde– para cumplir con diligencia y eficiencia las funciones que le asigna nuestra Constitución. Ni más ni menos.

A usted –que conoce el poder desde dentro– NO se le subirá el poder a la cabeza.

Y tampoco hará de su cargo una plataforma para una candidatura presidencial.

Usted se dedicará a ser Fiscal –un buen Fiscal–, y eso es lo que la Patria hoy le demanda y mañana le agradecerá.

¡Buen viento y buena mar!

 

¡Y que tiemblen los corruptos y toda clase de delincuentes que atentan contra los colombianos!

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