Jérôme Champagne, "el fusible político" que desea recuperar la imagen de la FIFA

Suiza

El francés de 57 años nació el 15 de junio 1958 en Paris, y es uno de los aspirantes a la presidencia de la FIFA, cuyas elecciones se llevarán a cabo este viernes en Suiza.

Jérôme Champagne inició su carrera en el máximo ente deportivo en 1999, tras integrar el comité organizador de la Copa Mundo de Francia 1998, donde su país se coronó campeón.

Fue consejero internacional de Joseph Baltter hasta el 2002. Luego paso a ser secretario general adjunto entre 2005 y 2007, y por último se encargó de las relaciones internacionales, hasta que decidió en 2010 terminar sus vínculos con la FIFA.

Luego de dejar su cargo el 15 de enero del 2010, Champagne se dedica a trabajar con diferentes asociaciones como consultor de fútbol internacional. Primero fue consejero de la Federación palestina de fútbol, logrando acercamientos con Israel por medio del deporte.

También fue intermediario en la búsqueda del reconocimiento internacional para la Federación del fútbol de Kosovo, pero no fue posible su afiliación a la FIFA.

En los últimos años fue asesor del club Tout Puissant, de Congo y contribuyó para el convenio entre las federaciones chipriotas turca y griega.

Las 5 propuestas para llegar a la presidencia:

- Reequilibrar el reparto de plazas en competiciones FIFA en beneficio de continentes infrarrepresentados. Abrir el ejecutivo a FIFpro, a clubes y Ligas.

- Publicar los salarios del presidente y altos cargos y exigirles que comuniquen al comité de Ética su declaración de ingresos e incompatibilidades.

- Situar la FIFA bajo el estatuto de "organización internacional" sometida a los estándares de la OCDE en materia de lucha contra la corrupción y sujeta a la autoridad del Código penal suizo.

- Lanzar un programa mundial de construcción de céspedes artificiales con un primer objetivo de 400 céspedes en cuatro años, con el fin de proveer a los campeonatos y a los clubes de superficies de calidad .

- Considerar la introducción del vídeo para ayudar a los árbitros en las situaciones más complejas de los grandes torneos. Crear una "tarjeta naranja" para las expulsiones temporales y autorizar un cambio adicional en el tiempo suplementario de los partidos de eliminatoria directa.