Taxis de lujo
El decreto parecería más enfocado a crear un nuevo negocio que a solucionar varios problemas que afectan el servicio.
El Gobierno acaba de expedir el decreto que crea la operación de los taxis de lujo, que antes de su expedición se creía daría una salida al problema planteado por el servicio Uber que se ha quedado con una parte del mercado en Bogotá y otras ciudades grandes donde se han vuelto recurrentes los problemas de agresión entre conductores.
En seis meses se verán por las calles vehículos de alta gama de color negro –negros como los taxis de Londres, los London black cab- que solo atenderán el servicio por contacto con una plataforma digital y solo recibirán pagos electrónicos.
La medida del ministerio de Transporte parece bien intencionada para tratar de regular un servicio donde impera más la informalidad que la calidad y al que últimamente le han aparecido diversas modalidades de prestación como los blancos, los de los dueños de carros particulares asociados a Uber –unos 20 mil--, o la competencia de Uber montada por las empresas tradicionales que monopolizan el servicio en Bogotá.
Sin embargo, el decreto parecería más enfocado a crear un nuevo negocio que a solucionar varios problemas que lo afectan, y a la vez genera nuevas inquietudes:
· No regula a Uber, sino que busca someterlo para que se vuelva empresa de transporte, cuando ellos han dicho que son un intermediario entre el dueño del carro y el usuario. No una empresa. A menos que vean que ahí habría una opción, pero esa empresa escogió por ahora el camino de un proyecto de ley.
· Ofrece un nuevo servicio y a la vez consolida un negocio de las empresas de taxis: el que quiera disponer de un carro de lujo como taxi debe comprar un cupo ofrecido por las empresas tradicionales a un precio irracional: unos 120 millones de pesos.
· Regulariza un nuevo servicio, pero no ataca las precarias condiciones salariales y de informalidad de los taxistas de los amarillos que deberán competir ahora con los uber y con los nuevos de lujo.
· Como el decreto es de carácter nacional, los alcaldes podrán crear cupos para nuevos carros de servicio público. ¿Los alcaldes de Sopó o Yumbo o Soledad crearán cupos para que operen nuevos carros en Bogotá, Cali o Barranquilla? ¿Quién va a controlar eso?
· ¿Qué pasará con las otras aplicaciones diferentes a Uber como Easy Taxi, Tapsi, etc., que no son empresas pero sí intermedian? ¿Las obligaran a volverse empresas?