Ciencia y medio ambiente

Armero, lecciones de una tragedia

La avalancha de Armero sirvió para que el país creara un Sistema de Gestión del Riesgo, que hoy brinda una respuesta efectiva a las emergencias.

Bogotá

Para quienes hoy están al frente del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo, la tragedia de Armero en Tolima, permitió pasar de la improvisación a la planeación, es así como la muerte de cerca de 25 mil colombianos no fue en vano, pues el dolor y la impotencia, dieron lugar a valiosas lecciones en materia de atención de emergencias. Carlos Iván Márquez, Director de la Unidad de Gestión del Riesgo, quien además fue uno de los socorristas que atendieron la emergencia, dijo que el evento está entre los cuatro más fuertes, registrados en el mundo.

“Hoy el Sistema de Gestión del Riesgo se puede definir como antes de Armero y después de Armero, antes de Armero habían unas iniciativas que ya funcionaban, como la Defensa Civil, la Cruz Roja, los Bomberos y las entidades a nivel de municipios, pero allí se dio la pauta para que se creara un sistema, nace a través de la Ley 86 del año 1988, tres años después se crea un sistema”.

Los socorristas que llegaron a Armero preparados para atender una inundación, se encontraron con cuerpos llenos de barro, en ese momento, dimensionaron la magnitud de la tragedia y la falta de preparación para atenderla. Gabriel Camero, Presidente de la Cruz Roja, Seccional Cundinamarca y Bogotá, explicó algunos de los cambios motivados por la experiencia de Armero.

“Primero improvisación, segundo el tema de riesgo era un tema mediático entonces íbamos a tender el accidente pero nunca se pensaba en qué pasa con las personas después de la situación, entonces hoy pensamos más en que todo es un proceso y cuando uno sufre o es víctima de un desastre o de una emergencia es un proceso, es cómo estaba preparado antes, cómo estoy respondiendo a la emergencia, cómo me apoyan y cómo me recupero de la emergencia, esas cuatro cosas antes no existían”.

El trabajo articulado de las entidades de socorro, un sistema de alertas tempranas, la adquisición de equipos especializados y la gestión de las ayudas, fueron algunos de los logros.

“Algo importantísimo de Armero a la fecha en cuento al tema técnico en el caso de la vigilancia vulcanológica, Colombia ha cambiado demasiado, ya el Servicio Geológico y Vulcanológico de Colombia, hace un monitoreo permanente, las 24 horas de los volcanes, como en el caso del Volcán Nevado del Ruíz, donde ese mantienen estaciones vulcanológicas, estaciones de flujo de lodos, repetidoras para comunicaciones, cámaras y estaciones con banda ancha y todas las bandas que se requieren para el trabajo y con un ingrediente clave que es lecciones que hemos aprendido, que el tema de la gestión del riesgo, no es solamente de un sector”. Precisó Márquez.

Los riesgos dejaron de subestimarse, pues la avalancha que sepultó un pueblo entero, se había advertido, varios de los socorristas de la época se capacitaron y hoy son quienes llevan las riendas de las entidades del sistema.

“Era tanto el desconocimiento de la amenaza, que mucha gente en el país no sabía que existía un municipio que se llamaba Armero, ni que existía una amenaza de avalancha por esa situación vulcanológica”. Indicó Carlos Iván Márquez.

Después de 30 años, más allá del dolor, aquellos que vivieron de cerca la tragedia, quienes se encargaron de atender a las víctimas y los sobrevivientes, aprendieron la lección más importante, Colombia debería dejar de atender y pasar a prevenir.

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