Política

El péndulo se mueve

Cada vez que la guerrilla le pone conejo al país, hay una reacción en favor de la derechización.

El péndulo se mueve

El expresidente Álvaro Uribe lleva varias semanas recibiendo noticias que le golpean hasta lo más profundo  porque se trata de hechos por lo que más se ha cuestionado su gobierno: las chuzadas del DAS y las jugadas poco transparentes como se tramitó la reelección en el Congreso en el 2006. Las decisiones de la justicia frente a esos dos hechos tienen en la cárcel a su gente más cercana, incluidos dos ex ministros y dos ex secretarios generales de la Presidencia. Sin embargo, dentro de los políticos, hoy es el colombiano con más alta imagen (57%) según la última encuesta de Ipsos

El presidente Juan Manuel Santos, por su parte, pasa un mal momento y su imagen es apenas del 29%, tan baja como la que tenía por cuenta del mal manejo del paro agrario en los últimos meses de 2013. De su gestión de gobierno apenas se salvan las tareas en relaciones internacionales y en vivienda. ¿Por qué Uribe vuelve a ser el hombre del teflón, al que nada lo afecta, y Santos la figura vulnerable? La explicación es clara a la luz de la misma encuesta: el asesinato de los 10 militares en el Cauca por cuenta de un ataque de las Farc. Esa foto, tomada pocos días después de los dolorosos hechos, repite la constante en la opinión desde hace más de una década: cada vez que esa guerrilla le pone conejo al país hay una reacción en favor de la derechización y lo que eso significa: la mano dura de Uribe, el rechazo al diálogo, la rechifla al presidente –orquestada o no--  y un creciente apoyo a la Fuerza Pública, pese a los recientes escándalos de corrupción en su interior por pensiones y tráfico de armas

Mientras Uribe logra ponerse a salvo –no su gobierno- de los peores escándalos de ocho años de Seguridad Democrática, Santos pasa dificultades por mantener su apuesta por la paz, con una guerrilla que cada vez ayuda menos a ese propósito y por unos hechos como los escándalos de las Corte Constitucional o por el malestar por el caos de movilidad y la inseguridad en Bogotá que aunque no son de su resorte directo, la gente sí los asocia con el presidente y su equipo de gobierno

En menos de un mes, Colombia dejó de ser un país que le apostaba a la paz, a uno que cree más en la contundencia de las armas.

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