Encuentro entre papa Francisco y Santos, más allá de lo protocolario

El día en que se encuentren en privado el presidente Juan Manuel Santos y su esposa con su santidad Francisco en el Vaticano, podría el papa dar una manifestación del nuevo camino que podría tomar la Iglesia en temas tan delicados como el tratamiento que se les da hoy en día a las personas que se han divorciado. O, en lo que para muchos podría ser un simple detalle formal, estaría enviando el pontífice el mensaje de que, en el Catolicismo, un papa desparpajado no hace verano

Como se sabe, Silvia Amaya Londoño, hoy en el servicio diplomático (ministra consejera en la embajada de Colombia en Italia), fue la primera esposa de Juan Manuel Santos, a quien conoció en los años de su permanencia en Londres y de la que se divorció para ella más tarde casarse con Jorge Alí Triana. Por su parte, María Clemencia Rodríguez, estuvo casada dos años con el publicista Christian Toro, y es la segunda esposa del Presidente

La posición del papa frente a los divorciados es la posición de la Iglesia: se los aprecia como miembros de la comunidad y se les da un acompañamiento pastoral para no hacerlos sentir lejanos de la comunidad. Pero, si se han vuelto a casar por lo civil, se hallan en una situación que contradice a la ley de Dios y por consiguiente no pueden acceder a la Comunión eucarística mientras persista esa situación. Benedicto XVI se ocupó abiertamente del tema, sin eludir el compromiso de la Iglesia con el derecho divino y dijo en su momento: “Debemos decirles que la Iglesia les ama, y ellos deben ver y sentir este amor". Y rogó a las comunidades católicas que hicieran “realmente lo posible para que sientan que son amados, aceptados, que no están ‘fuera’ aunque no puedan recibir la absolución y la Eucaristía: deben ver que aun así viven plenamente en la Iglesia”

Francisco es la cabeza del Estado Vaticano, y como tal, se reúne libremente con cualquier otro jefe de Estado, como es el caso del presidente Santos, pero, además de jefe de Estado, es cabeza de una Iglesia y Obispo de Roma, por lo que su óptica frente a los divorciados es predecible y, si se quiere, para algunos sectores liberales, mortificante

En casos anteriores en que mandatarios en una situación de divorcio se han reunido con los Papas, el Vaticano, ha optado por no hacer públicos algunos detalles que se dan en otro tipo de encuentros, como es la acostumbrada foto de la familia. Es cierto que el presidente viene con el as bajo la manga de su posición ni fría ni caliente hace algunas semanas frente a la reglamentación en el legislativo de las uniones de parejas LGBTI, pero frente a la ley de Dios, no hay cartas que valgan

Está en manos de Francisco pasar la hoja y asegurarse de mandar un mensaje de fraternidad para las parejas divorciadas con el escenario de la visita oficial del mandatario colombiano. Los expertos en protocolo vaticano estarán pendientes de cómo se maneje el encuentro