Champions League

El camino de Chelsea hacia el título

El Chelsea, el equipo que nadie esperaba llegó a Múnich a levantar la orejona, la Copa de Europa.

El camino de Chelsea hacia el título

El Chelsea, el equipo que nadie esperaba, se plantó por segunda vez en su historia en una final de Liga de Campeones, en la que gran parte de su nómina quizás se despedirá como quería: Levantando la ‘orejona’, la Copa de Europa. El pobre juego y los malos resultados cosechados empujaron al dueño del club, el multimillonario ruso Román Abramóvich, a destituir en marzo al portugués André Villas-Boas tan solo ocho meses después de contratarlo. Su asistente, el exjugador "blue" Roberto Di Matteo, tomó las riendas del equipo y decidió volver al fútbol de balones largos y contragolpe que tantos buenos réditos dio al club en el pasado y otorgar el poder que le había intentado quitar el extécnico del Oporto a la vieja guardia del club, los John Terry, Frank Lampard, Ashley Cole o Didier Drogba. En 2008, pasó el trago amargo de la, hasta entonces única final disputada en el estadio moscovita de Luzhniki. Aquél día perdió por penaltis ante el Manchester United. Curiosamente, el jugador que falló la pena máxima decisiva fue el capitán "blue", el defensa John Terry, de 31 años, quien no estuvo disponible para el encuentro del sábado tras ver la tarjeta roja en el partido de semifinales ante el Barcelona. Otros tres jugadores clave en el "once" de Di Matteo, como Branislav Ivanovic, Raul Meireles y Ramires, tampoco pudieron saltar al césped del Allianz Arena por acumulación de amonestaciones. Tras el mediocre comienzo de temporada pocos esperaban que el Chelsea llegara a final de curso con un sexto puesto en Premier League, un título de Copa (FA Cup) y la posibilidad de coronarse campeón de Europa por primera vez en su historia. El conjunto londinense comenzó su andadura en la máxima competición continental con una seguridad en casa superlativa, pero con una debilidad lejos de Stamford Bridge preocupante. En la primera fase del torneo cosechó tres triunfos -todos en casa-, dos empates y una derrota en los seis partidos que disputó. Equipos como Valencia, Bayer Leverkusen o Genk fueron incapaces de batir a Petr Cech en la capital británica, pero esa seguridad defensiva no se hacía patente lejos de Londres. Su rival en los dieciseisavos de final fue el Nápoles de Edinson Cavani y Ezequiel Lavezzi, conjunto que se clasificó después de acabar segundo en el "grupo de la muerte", compuesto por el ahora finalista de la competición, el Bayern de Múnich, el Manchester City y el Villarreal, además del gigante italiano. En un épico partido en Stamford Bridge, el equipo londinense consiguió dar la vuelta al 3-1 recibido en Nápoles para vencer al conjunto dirigido por Walter Mazzarri por 4-1, con un tanto en el tiempo de descuento del defensa serbio Branislav Ivanovic. El partido de vuelta de dieciseisavos fue el primer encuentro en el que Roberto Di Matteo se sentó en el banquillo del equipo londinense y el momento en que el Chelsea comenzó una mejoría notable, tanto en la liga inglesa como en la Champions League. En los cuartos de final, el equipo de Fernando Torres y Juan Mata eliminó a un rival a priori sencillo, el Benfica portugués, al que venció tanto en el partido de ida en el Estadio de la Luz (0-1) como en el encuentro de vuelta en Stamford Bridge (2-1). Las semifinales eran la asignatura pendiente del equipo "blue" ya que después de llegar a seis en los últimos nueve años, tan solo logró clasificarse para la cita decisiva en una ocasión, la de 2008 en Moscú frente al Manchester United. Aún estaba guardada en la retina de los aficionados del Chelsea el celebre "Iniestazo", el tanto del jugador azulgrana Andrés Iniesta que, en el tiempo de descuento, dio el pase a la final de 2009 al Barcelona. Sin embargo, tras vencer por 1-0 en el coliseo londinense y empatar a dos goles en el Camp Nou, el conjunto presidido por Román Abramovich consiguió el pase para su segunda final de la máxima competición continental de su historia. Y en el juego definitivo, Chelsea no experimentó, no salió a mostrar algo diferente a lo ya conocido. Su arma letal es el juego del escorpión, metido en su propio terreno y defendiendo hasta con diez hombres y el momento menos esperado sacar un aguijonazo de contra ataque para anotar

Así empató, a tres minutos de finalizar los 90 del partido para extenderlo hasta los sufridos remates del punto penal. Así gana Chelsea, así es que el equipo de Londres logró conquistar la Liga de Campeones 2011/2012

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