Internacional

Sin Osama, ¿cuál es el futuro de Al Qaeda?

Un año después de la muerte de Osama bin Laden, Al Qaeda debe redefinirse en el mundo árabe, donde las protestas populares están dando paso al auge de los islamistas

Sin Osama, ¿cuál es el futuro de Al Qaeda?

Un año después de la muerte de Osama bin Laden, Al Qaeda debe redefinirse en el mundo árabe, donde las protestas populares están dando paso al auge de los islamistas, lo que le deja sin su pretexto para cometer atentados: combatir los "regímenes infieles" de la región. En solo un año, el lenguaje de la organización terrorista ha cambiado de un tono bélico a otro menos violento para atribuirse el éxito de la Primavera árabe e intentar orientar ideológicamente la transición en los países donde triunfó la revolución. La emergencia de los islamistas en lugares como Egipto, Túnez o Libia ha empujado a Al Qaeda a dar una explicación divina de los resultados de las revueltas populares. En uno de sus últimos discursos, su nuevo líder, el egipcio Ayman Zawahiri, consideró que fue Dios quien llevó a los islamistas a la victoria en esos países, y justificó los atentados como una forma de presionar a Occidente para que dejara de proteger a los regímenes autocráticos, lo que ha ayudado al triunfo de las protestas. En el caso de Egipto, los Hermanos Musulmanes y los salafistas (musulmanes rigoristas) han conseguido dominar casi el 70 % de los escaños del Parlamento, tras arrasar en los primeros comicios legislativos después de la caída del régimen de Hosni Mubarak el 11 de febrero de 2011. Los Hermanos Musulmanes se han comprometido a un "renacimiento" integral, una "revolución islámica" que llevará de forma gradual a la creación de un modelo de sociedad y de Estado puramente islámicos, adaptados a la modernidad pero dentro de los límites aceptados por la "sharía" (ley islámica). Esta visión no difiere mucho de los programas políticos de los salafistas, ni de las ideas de jeques cercanos a Al Qaeda, aunque estos últimos quieren la aplicación inmediata de la "sharía" y anuncian una guerra santa contra el Occidente, al que acusan de proteger a los regímenes infieles en la tierra del islam. Pese a la reducción de los ataques de Al Qaeda en los países árabes más estables, la red terrorista sigue activa en Estados como el Yemen o Irak, donde funcionan grupos autónomos leales a la organización. Desde la invasión estadounidense de marzo de 2003, Irak es uno de los principales escenarios donde actúa Al Qaeda, que también ha tenido que adaptarse a la nueva situación tras la retirada de las tropas estadounidenses el pasado 19 de diciembre. Durante la ocupación de EE.UU., las tropas de este país fueron uno de los blancos preferidos de la organización, que después del repliegue ha centrado sus ataques contra los chiíes y las fuerzas de seguridad del Gobierno del primer ministro, Nuri al Maliki, cercano al régimen de Irán. Otro foco con presencia de Al Qaeda es el sur del Yemen, donde el grupo "Ansar al Sharía", relacionado con la red, controla varios pueblos y localidades de la provincia meridional de Abian. Pese a que Al Qaeda ya estaba implantada en el Yemen, el país más pobre de la península Arábiga, la inestabilidad política derivada de las protestas que han acabado con el régimen de Ali Abdalá Saleh ha llevado a que la organización se hiciera fuerte en el sur y lograra el control de varias localidades. Al Qaeda cuenta con campos de entrenamiento en este país, según las autoridades yemeníes, que disponen de la ayuda de EEUU para combatir el terrorismo. De hecho, algunos de los principales golpes contra esta organización, como el del pasado 22 de abril que acabó con la vida del responsable financiero de Al Qaeda en la Península Arábiga, se han llevado a cabo con "drones", aviones no tripulados estadounidenses. Mientras, en Siria, donde la Primavera árabe ha derivado en una ola de violencia, existe confusión sobre la hipotética presencia de Al Qaeda en su territorio. El régimen de Bachar al Asad ha achacado en varias ocasiones al grupo la responsabilidad de atentados cometidos en las dos principales ciudades del país, Damasco y Alepo, aunque la oposición lo niega y dice que las autoridades están detrás de ellos. Sin embargo, fuentes oficiales estadounidenses apuntaron en febrero pasado que la rama de Al Qaeda en Irak podría estar detrás de dos atentados en Damasco, informó el grupo de periódicos McClatchy. Esas fuentes explicaron que, según informes de inteligencia, la facción iraquí de Al Qaeda comenzó a involucrarse en la revolución siria cuando las autoridades lanzaron las primeras ofensivas contra la población civil.

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