Australia llora a sus muertos mientras que el sureste sigue ardiendo

Ceremonias religiosas y actos oficiales se celebraron hoy en Australia en memoria de los 181 fallecidos en los incendios del estado de Victoria, mientras aún arden cuatro frentes que se encuentran fuera de control. "Estaremos con vosotros en todos y cada uno de los pasos hasta que la comunidad haya sido reconstruida", prometió el primer ministro del país, Kevin Rudd, en un acto religioso celebrado en un parque de la localidad de Wandong, donde murieron al menos cuatro personas y unas 150 viviendas quedaron destruidas. El dirigente agradeció el trabajo del cuerpo de bomberos porque pusieron el interés de la comunidad delante del suyo propio. La gobernadora general de Australia, Quentin Bryce, representante de la reina Isabel II de Inglaterra, asistió a un acto que recordaba a los fallecidos en las poblaciones de Kinglake y Whittlesea, y dedicó el resto de la jornada a visitar localidades afectadas. En los jardines de Fitzroy de Melbourne, la capital de Victoria, 17 iglesias cristianas de esa ciudad organizaron una ceremonia, en la que participaron centenares de personas, por las víctimas y de agradecimiento al cuerpo de bomberos, la policía, los soldados y los voluntarios que han participado en las tareas de extinción de las llamas. Más de una semana después de que comenzara la ola de incendios, aún arden 12 frentes, todos al este y al sureste de Melbourne, y siguen fuera de control los de Yea-Murrindindi, Kinglake, Maroondah y Wilson''s Promontory. Un grupo de 60 bomberos procedentes de Estados Unidos llegó hoy a Melbourne para unirse a 120 colegas de Nueva Zelanda y a otros 4.000 australianos, 3.000 de ellos de Victoria. Mientras las autoridades determinan el origen de los incendios, la población de Kinglake ha puesto un pleito colectivo contra la empresa de suministro de electricidad SP Ausnet, con sede en Singapur, porque sospecha que el fuego allí, que causó 35 muertos, se originó con la caída de un línea del tendido eléctrico. El abogado Daniel Oldham, del despacho Slidders Lawyers, indicó al rotativo "The Age" que se ha iniciado el proceso en el Tribunal Supremo en Melbourne. Los investigadores del Gobierno también creen que el incendio de Churchill, que mató a 21 personas, fue provocado por un hombre que fue acusado el viernes pasado en los juzgados que y deberá comparecer esta semana ante un juez de Melbourne, adonde lo han trasladado por razones de seguridad. Otro fuego de orígenes sospechosos es el de Marysville, donde de momento se han encontrado 15 cadáveres, aunque las autoridades temen que el número llegará hasta 100 de sus 519 habitantes. "La devastación en Marysville es impresionante. Hablo en términos de una ciudad que ha desaparecido", dijo hoy Bruce Angus, con 20 años de experiencia como bombero, a su regreso a Sídney tras pasar 72 horas seguidas en los incendios de Victoria. El Gobierno de Australia se ha comprometido a establecer un sistema de alarma nacional para evitar que se repita la catástrofe, aseguró hoy la viceprimera ministra del país, Julia Gillard, a través de la cadena de televisión Nine Network. Los distintos sistemas de alerta y las diferentes normativas en materia de seguridad contra los incendios que tiene cada estado y territorio han recibido un aluvión de críticas esta semana por parte de los expertos, quienes atribuyen a tanta disparidad cierta culpa en las catástrofe vivida en Victoria. El plan para el establecimiento de una regulación nacional existe desde hace dos años, pero está paralizado por la disputa entre los gobiernos regionales y el central sobre la fuente de financiación. Los incendios, algunos provocados, comenzaron el 7 de febrero cuando la región meridional de Australia llevaba dos semanas bajo una ola de calor sin precedentes