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Por graves daños 'bajarán' el vitral del Salón Elíptico del Capitolio

El antiguo vitral horizontal que corona el Salón Elíptico será removido por averías en su estructura y porque el excremento de las palomas que anidan en el viejo edificio.

El antiguo vitral horizontal que corona el Salón Elíptico del Capitolio Nacional será removido porque sufrió averías en su estructura por el sismo del 23 de mayo pasado y porque el excremento de las palomas que anidan en el viejo edificio lo tienen en franco deterioro. Ayer lunes, cuando la encargada de la restauración del vitral francés, contratada por el Ministerio de Cultura, inició la limpieza de la obra que representa a la diosa griega de la Libertad, no solo sacó bultos de 'palomilla' o excremento, sino que comprobó que el movimiento telúrico causó daños en la estructura metálica que lo soporta y en algunos de los vidrios. El vitral fue instalado a 18 metros del suelo a comienzos del siglo XX por la Casa Le Grand, empresa francesa especialista en este tipo de obras, con vidrios de ese país, con sede en Burdeos. Pero hace unos años su deterioro comenzó a hacerse notorio cuando la cúpula del Capitolio fue invadida por las tradicionales palomas de la Plaza de Bolívar, que en la práctica han convertido a la sede del legislativo en el palomar más grande del país, en versión del Secretario General de la Cámara de Representantes, Jesús Alfonso Rodríguez. "Se comprobó que el temblor de tierra afectó el vitral, lo que inevitablemente origina que se desmonten las piezas y se intervenga la estructura metálica que lo soporta, con partes en plomo y otras en hierro", dijo Rodríguez a Caracol Radio. La intervención en la obra debe ejecutarla el ministerio de Cultura, teniendo en cuenta que el Capitolio es Monumento Nacional y como tal hace parte del patrimonio cultural de propiedad de la Nación. La restauradora Marta Elena Barrera, quien realiza la obra, relató que el vitral circular, que tiene 6,35 metros de diámetro, fue limpiado de excremento solo en la una de las partes. Pero era tal la acumulación de palomilla que en esa parte, y solo de manera preliminar, se extrajeron más de tres bultos de desperdicio. "El excremento de las palomas contiene unos ácidos que destruyen los monumentos, incluyendo la piedra, el mármol y hasta elementos metálicos. Son unos verdaderos ratones con alas, como dice mucha gente, que tienen una enorme capacidad destructiva", señaló la restauradora. Dijo que por el momento no se puede determinar el número de vidrios por restaurar, recomponer o reponer. Ni el costo del trabajo, pues los daños en las estructuras metálicas no se ha evaluado sino de manera somera.

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