Cerca de 40 refugiados palestinos llegan a Chile tras huir violencia en Irak

Un primer grupo de unos cuarenta refugiados palestinos que vivían en la frontera entre Siria e Irak, en un territorio desértico azotado por la violencia, llegó a Chile para establecerse en este país, donde recibirán ayuda en materia de vivienda, empleo, educación y salud. Unas 38 personas, entre ellas 23 niños, forman parte de este primer grupo de refugiados políticos de un total de 117 personas que Chile se ha comprometido a acoger en colaboración con la importante comunidad palestina que reside en este país, la más numerosa fuera del mundo árabe, que cuenta con más de 300.000 personas. Cerca de medio centenar de personas que enarbolaban banderas palestinas se congregaron esta mañana en el aeropuerto de Santiago de Chile para recibir a los refugiados, quienes llegaron en avión procedentes de Damasco -la capital de Siria- e hicieron escala en París (Francia). Al aeropuerto asistió el presidente de la Federación Palestina, Mauricio Abu-Ghosh, quien señaló que el "punto de partida es que (los refugiados) sean acogidos acá, pero el siguiente paso es luchar por el derecho a retorno que tienen ellos, que está consagrado en la resolución 194 de las Naciones Unidas". Por su parte, la embajadora de Palestina en Chile, Mai Alkaila, aseguró que los refugiados "han vivido tragedias", pero se mostró confiada en que en Chile "recibirán paz y tranquilidad para el futuro de sus niños". Los refugiados políticos salieron en autobús de las instalaciones aeroportuarias y se dirigieron a la ciudad de la Calera, situada a unos 128 kilómetros al noroeste de Santiago, en la que la Municipalidad organizó una recepción oficial antes de que se instalen en las casas previstas para ellos en ese municipio. A este primer contingente se sumarán otros dos grupos de palestinos que llegarán en las próximas semanas a Chile; a finales de este mes arribará un segundo grupo que se instalará en la ciudad de San Felipe, a 88 kilómetros al noreste de la capital, mientras el último grupo arribará a principios de mayo a los municipios santiaguinos de Recoleta y Ñuñoa. Los 117 palestinos provienen del campamento de Al Tanf, en la frontera entre Siria e Irak, donde viven desde hace dos años expuestos a la violencia, al rechazo de los países vecinos y a las duras condiciones del lugar, en el que abundan las plagas de escorpiones y serpientes, escasea el agua y se suceden las temperaturas extremas. La Vicaría Pastoral Social diseñó un programa de inserción que incluye ayuda en alimentación, vestuario, vivienda, educación, salud, capacitación y empleo, y será el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) quien se encargue de financiar la estadía y la alimentación de estas personas hasta que se integren en sus respectivas comunidades. La iniciativa forma parte del compromiso que contrajo Chile al suscribir la Convención de 1951 de Naciones Unidas sobre el Estatuto de los Refugiados, y se interpreta además como un gesto de agradecimiento a la ayuda que ACNUR prestó a muchos chilenos que escaparon de su país durante la dictadura de Augusto Pinochet. Estos palestinos llegaron a Irak en tandas sucesivas; la mayoría procede del distrito de Haifa, actualmente territorio israelí, y son refugiados o descendientes de aquellos que fueron violentamente expulsados de Palestina en 1948, mientras que otros llegaron a Irak huyendo de los territorios ocupados alrededor de 1967.