Salud y bienestar

Ecuador advierte a Colombia que no permitirá que continúen los daños por las fumigaciones

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, advirtió a Bogotá que su Gobierno no va a permitir que continúen los daños en la zona ecuatoriana fronteriza con Colombia por las fumigaciones aéreas de plantaciones de coca que hace ese país.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, advirtió a Bogotá que su Gobierno no va a permitir que continúen los daños en la zona ecuatoriana fronteriza con Colombia por las fumigaciones aéreas de plantaciones de coca que hace ese país.
En la presentación oficial en Quito del informe preparado por la Comisión Científica ecuatoriana que estudia el impacto en Ecuador de las fumigaciones de cocales que Colombia realiza en su lado de la divisoria, Correa aseguró que van "a luchar para garantizar la salud de los ecuatorianos en la frontera norte".
Quito ha denunciado reiteradamente que las fumigaciones aéreas, realizadas en el marco del Plan Colombia, llegan hasta Ecuador y causan graves daños a personas, animales y plantas, por lo que ha pedido que se suspendan, mientras Bogotá sostiene que son inocuas.
El estudio, titulado "El sistema de las aspersiones aéreas del Plan Colombia y sus impactos sobre el ecosistema y la salud en la frontera ecuatoriana", ratifica la posición de Quito y de algunas instituciones de la ONU, aunque contradice las posturas de Bogotá y de la Comisión Científica colombiana.
El gobernante recordó que las aspersiones, con un compuesto en el que se utiliza el herbicida glifosato, se iniciaron hace siete años y recalcó que, ahora, el Gobierno quiere "afrontar este conflicto de una vez por todas y para siempre".
Correa insistió en que Colombia debe cesar definitivamente sus fumigaciones, en aplicación del "principio de precaución", recogido en los acuerdos internacionales y que impide que un Estado lleve a cabo actividades que se presume pueden perjudicar a otros estados.
Por este motivo, consideró que el informe de la Comisión es un "sólido sustento" de la postura ecuatoriana, que ahora deberán estudiar conjuntamente los dos países en la Comisión Científica Binacional creada para tratar las fumigaciones, cuya próxima reunión está prevista en Bogotá, el viernes de esta semana.
Por su parte, en el mismo acto, la canciller de Ecuador, María Fernanda Espinosa, también reclamó la aplicación del principio de precaución para el cese definitivo de las fumigaciones, que no han proseguido desde enero pasado.
Espinosa dijo que el informe servirá de instrumento dentro de los argumentos jurídicos que prepara Quito para articular "el proceso que Ecuador seguirá a Colombia en el Tribunal Internacional de La Haya", para exigir compensaciones por los daños que considera que han ocasionado las fumigaciones.
Jaime Breilh, epidemiólogo de la Comisión, señaló que el estudio había concluido que las fumigaciones causan daños permanentes a las poblaciones y la biodiversidad de la frontera, tanto en el lado de Ecuador como en el de Colombia.
Breilh recalcó que las fumigaciones se hacen sin respetar las normas internacionales y con una intensidad muy superior a lo normal, al tiempo que criticó las conclusiones de la Comisión Científica colombiana, pues dijo que "no contemplan las condiciones mínimas exigidas para un estudio serio".
Arturo Campaña, especialista en salud mental de la Comisión, señaló que las poblaciones de la frontera con Colombia afectadas por las fumigaciones, en especial los niños, están sometido a impactos neurosicológicos, sufrimiento por ver afectados sus medios de subsistencia e impactos por percepción directa de peligro.
Campaña acusó a Bogotá, que niega los daños, de hacer una "manipulación de la ciencia a favor de una causa injusta", para justificar las fumigaciones de cocales.
El genetista de la Comisión, Cesar Paz y Miño, señaló que el glifosato y los otros componentes que se utiliza en las fumigaciones causan un alto incremento de los casos de cáncer, problemas reproductivos, alteraciones en la sangre y aumento de muertes prematuras, además de cambios genéticos.
La Comisión Binacional, que se constituyó en Quito en su primera reunión, el 10 de abril pasado, tiene previsto volver a reunirse en Bogotá el 5 de julio próximo, para avanzar en el análisis de las posiciones respectivas y establecer una metodología de estudio y un cronograma para llegar a conclusiones y soluciones comunes.

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