Alta actividad en el volcán Tungurahua preocupa a los científicos

La alta actividad registrada en la última semana en el volcán Tungurahua, en el centro andino de Ecuador, preocupa a los científicos, que advirtieron de la posibilidad de nuevas explosiones fuertes.

En un informe especial, el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, que vigila el comportamiento del coloso, advirtió de que la actividad se ha incrementado en los últimos días, por la inyección de nuevo magma en la cámara interna del volcán.

El Instituto Geofísico indicó que la evolución de la actividad en el Tungurahua podría llevar a dos escenarios posibles.

La primera opción es que el nivel de actividad actual se mantenga y se produzcan emisiones constantes de ceniza, las cuales pudieran ser más intensas que las que han ocurrido hasta ahora, según el organismo.

Si ello sucede, las nubes de ceniza serán transportadas por los vientos que, en esta época, predominan hacia el oeste, con variaciones al sur y noroeste, por lo que pudieran darse caídas de ese material en las localidades asentadas en esos sectores.

En una explosión ocurrida en agosto del año pasado, la mayor del proceso eruptivo del Tungurahua, la ceniza llegó incluso a la ciudad costera de Guayaquil, a unos 280 kilómetros de distancia.

El segundo escenario, según el Instituto Geofísico, es la posibilidad de que aumente "el volumen y la velocidad de ascenso de los gases magmáticos desde el reservorio donde se ha instalado el nuevo magma, en cuyo caso podrían producirse nuevas erupciones explosivas".

Si ello ocurre, se podrían generar flujos piroclásticos o rocas incandescentes que bajan por los flancos de la montaña y cuyos efectos ya se sintieron en anteriores explosiones ocurridas en julio y agosto del año pasado, advirtió el Instituto.

La erupción del 16 de agosto de 2006 causó la muerte de seis personas, arrasó varios pueblos y extensas zonas de cultivos y obligó a la evacuación de decenas de miles de lugareños.

La segunda posibilidad se relaciona también con el comportamiento histórico del Tungurahua, pues el actual proceso es muy similar a otro ocurrido en 1918, añadió el informe especial.

De momento, en el interior del volcán se han registrado continuas vibraciones por el movimiento de fluidos en su interior, además de ruidos fuertes, como bramidos y exhalaciones de gas y ceniza que ha caído en las proximidades del volcán, sobre todo en su lado suroeste.

Además, el contenido de dióxido de azufre de las últimas exhalaciones registran un incremento paulatino, que ha llegado hasta 2.000 toneladas diarias, aunque ese registro es menor al detectado en agosto del año pasado, cuando hubo hasta 14.000 toneladas por día.

El Instituto Geofísico sugiere a las autoridades nacionales tomar en consideración sus conclusiones para elaborar planes de contingencia ante el probable impacto del presente ciclo eruptivo.

Además, el informe señala que en las últimas 24 horas se han registrado 6 seísmos leves y una señal constante de tremor, relacionados con el movimiento de fluidos en el edificio volcánico.

También se produjo una explosión leve y constantes bramidos fuertes, algunos de los cuales se han escuchado a unos 15 kilómetros de distancia.

Las emisiones han formado una columna de gases magmáticos de unos dos kilómetros de altura sobre el cráter y se ha reportado la caída de ceniza en las localidades de El Manzano, Chloglontús y El Altar, cercanas al coloso.

El Tungurahua, de 5.029 metros de altitud, situado a unos 180 kilómetros al sur de Quito, empezó su actual proceso eruptivo en 1999 y desde entonces ha intercalado periodos de gran actividad con lapsos de relativa calma.